Editorial

Un plan de ahorro para los combustibles

Los precios de las gasolinas en Honduras han superado la barrera de los 100 lempiras por galón y ello ha provocado la alarma en los consumidores.

El aumento es provocado por el alza al petróleo en los mercados internacionales y alentado por los tambores de guerra que suenan en el Medio Oriente.

Todos esos conflictos nos mandan un mensaje: debemos prepararnos para que el petróleo en el mercado internacional, y consecuentemente en el mercado interno, sigan en alza.

Y es que no podemos olvidar que esto será así porque Honduras no es un país productor de petróleo ni mucho menos de sus derivados, lo que nos obliga a depender del comportamiento de precios en el mercado internacional.

Este hecho demanda la toma de decisiones -de todos los sectores sociales- que alivianen las alzas que irremediablemente se ven venir.

Todos están llamados a aportar ideas y soluciones a la crisis: los economistas y los institutos de investigación independientes, así como de la gremial, a aportar ideas constructivas para buscar alternativas a la crisis; el gobierno con la elaboración e implementación de políticas adecuadas para asegurar el uso racional de los carburantes, y los consumidores, sin importar su estatus social, a definir sus prioridades y a adoptar sus propias medidas al momento de la ejecución de sus presupuestos familiares.

Es importante saber que ya se ha conformado una mesa técnica de carburantes, integrada por representantes del gobierno y del sector importador y distribuidor de combustibles, y que han empezado a definir una agenda con acciones que consideran prioritarias para enfrentar la crisis.

A esa mesa deben ser integrados representantes de los consumidores, quienes son el eslabón más débil de la cadena, pero el que lleva la más pesada carga, ya que debe pagar con sus ingresos las alzas (o bajas) que se aplican semanalmente en las bombas de las estaciones gasolineras y los aumentos colaterales que se dan muchas veces sin control en otros estamentos de la economía.