Editorial

La modernización del sistema de agua

Recientemente, el alcalde de la capital, Nasry Asfura, anunció un ambicioso proyecto para modernizar los sistemas de agua potable, sanitario y pluviales en el Distrito Central.

Recordemos que para el primer semestre de este año se espera la concreción del proceso de municipalización de agua, con el que la alcaldía tomará las riendas del sistema de distribución a través de la Unidad Municipal de Agua Potable y Saneamiento del Distrito Central, que cumplirá la función que actualmente corresponde al SANAA.

Entre los retos está mejorar el sistema de agua potable y alcantarillado puesto que en la actualidad aproximadamente el 50% de los capitalinos no están conectados al servicio, en las zonas marginales se paga el triple que la clase alta, el suministro es cada tres días y desde hace 20 años no se construye una nueva represa, pese a que las dos existentes son desde hace mucho tiempo insuficientes para la actual demanda del vital líquido.

Con el plan de modernización lo que busca la municipalidad es hacer un inventario de las condiciones actuales de los sistemas de agua, que indique la ubicación y condiciones de las tuberías y permita determinar los lugares donde hay fugas y pegues ilegales.

Una importante base de datos sin la que será imposible hacer una eficiente gestión del sistema de agua.

Una de las grandes novedades del proyecto anunciado por el edil es el uso de robots para el monitoreo, limpieza y reparación de tuberías, con lo que ya no será necesario romper el pavimento, un procedimiento que genera muchos inconvenientes, ya que implica más costo y tiempo de operación, además de impactar en el tránsito de vehículos y peatones.

Mejorar el servicio de agua potable no solo significa que todos paguen lo justo por su consumo, sino que se extienda la cobertura al resto de los pobladores, aquellos que se abastecen por medio de juntas de agua debido a que no están conectados a las tuberías, pagando cuotas promediadas, y a quienes viven en zonas con altos niveles de pobreza, pero que deben comprar a proveedores particulares a precios más altos.

Sin embargo, para hacer del agua un derecho que de verdad sea de todos se requiere una estrategia integral, bien pensada y ejecutada. En ese sentido, todo parece indicar que las autoridades capitalinas no están dejando nada al azar.