Editorial

Expectativas para el año nuevo

Terminaron las fiestas de Noche Buena, ahora nos preparamos para la despedida del 2017 y el recibimiento del 2018. En este momento vale preguntarse: ¿cuáles son nuestras expectativas para este próximo año? ¿A qué aspiramos como seres humanos? ¿Qué esperamos de nuestra familia, de la sociedad, del gobierno?

Como personas estamos en la obligación de revisarnos si hemos sido ciudadanos responsables con nosotros mismos, con nuestra familia, con los demás, con nuestro trabajo y con la patria que nos vio nacer y crecer.

Partiendo de una autoevaluación y del camino recorrido, es conveniente planificar las metas que queremos alcanzar en el 2018 y, por qué no, hacer un plan sobre nuestras aspiraciones a mediado y largo plazo.

A nivel colectivo, entre los planes debe estar el ser partícipe para que la sociedad hondureña pueda alcanzar la paz que poco a poco estamos perdiendo por la codicia de los políticos.

A nivel gubernamental, los hondureños esperan un mayor esfuerzo para reducir la violencia y la criminalidad a su mínima expresión.

Asimismo que se generen más oportunidades de trabajo para que los jóvenes al salir de sus estudios de media y universitaria encuentren sin dificultades una oportunidad para poner en práctica sus conocimientos, y para que los compatriotas ya no arriesguen su vida en busca del denominado “sueño americano”.

Igualmente aspiran a un trabajo más decidido para alcanzar el estándar de contar con gobiernos abiertos a la transparencia y rendición de cuentas.

Que proyectos de infraestructura que parecen interminables, como el caso del Canal Seco en el tramo Comayagua-Goascorán, sean concluidos para fortalecer el flujo de mercaderías entre el Atlántico y el Pacífico y que la economía crezca.

Las perspectivas son que el 2018 sea un año de paz y prosperidad para todos los hondureños y hondureñas, que los planes propuestos sean alcanzados, que el país logre la tranquilidad y camine firmemente hacia el bienestar colectivo.