Editorial

Radiografía en salud pública

El sistema sanitario hondureño se encuentra bajo una revisión exhaustiva de la Secretaría de Salud para conocer las condiciones en que se encuentra y, por ende, el nivel de atención y servicio que se brinda a la población.

La salud es uno de los más sagrados derechos de la ciudadanía, pero lejos de compensar las necesidades de esta, el sector público genera más bien descontento y frustración.

En Honduras hay 29 hospitales públicos -similar cantidad que en El Salvador, cuya población es inferior en casi dos millones de habitantes- mientras que los centros privados son 55. “Cada día nace un hospital privado nuevo”, han señalado las mismas autoridades, estos centros privados empiezan como clínicas y van creciendo gracias a la alta demanda de la población que no encuentra en los hospitales públicos una respuesta eficaz y eficiente a sus males.

Como ha mostrado la radiografía elaborada por Salud, solo el Hospital Escuela y el Mario Catarino Rivas ofrecen al menos diez especialidades, uno de los estándares internacionales para garantizar una cobertura total. Se precisan de al menos 35 hospitales completos para cubrir la demanda de la población.

La corrupción, la politización, la mala administración, la falta de presupuesto, la precaria infraestructura, las huelgas, la baja cobertura y una cada vez mayor desconexión entre los profesionales de la salud y los pacientes son algunos de los problemas que arrastra el sistema sanitario público. El resultado es un servicio deficiente que aumenta el drama humano de quienes no pueden pagar por la salud; aunque ir un hospital privado debería ser una elección y no una necesidad.

Esperemos que la radiografía que sobre el sector salud se está efectuando no se quede en el mero diagnóstico de una enfermedad a cuyo tratamiento se le irá dando largas. Por el contrario, que genere acciones prontas, urgentes y agresivas. La salud en nuestro país se ha convertido en un producto de lujo y negocio de pocos, en una expresión grosera de desigualdad y de la intolerable falla del Estado que atenta contra los más pobres y vulnerables.