Editorial

De charlatanes y vividores

Motivo de alarma y preocupación es la proliferación de clínicas odontológicas regentadas por falsos profesionales.

El Colegio de Cirujanos Dentistas y el Ministerio Público han advertido que a nivel nacional operan más de un centenar de consultorios con charlatanes que se hacen pasar como médicos certificados, cuando en realidad no cuentan con la preparación ni formación para ejercer esa delicada función.

La osadía de estos vividores no solo es temeraria, sino criminal, porque se atreven a realizar cirugías dentales y a recetar medicamentos, poniendo en riesgo la vida de los incautos que acuden a ellos atraídos por los bajos precios de los tratamientos dentales.

Pero además, como han alertado las autoridades, en muchas de estas clínicas se está aplicando una anestesia que no tiene registro sanitario, a la vez que reutilizan equipo médico sin esterilizar, exponiendo al paciente a todo tipo de males.

Hasta el momento, el Ministerio Público solo ha presentado dos requerimientos fiscales por los delitos de usurpación indebida de título profesional y por anuncio, prescripción y aplicación de sustancias químicas y medicamentos.

Por ello es imperativo identificar a estos falsos dentistas y clausurar estos negocios que se aprovechan de la necesidad de la población. Y es que por los elevados costos, los servicios dentales privados son por lo general inaccesibles para muchos hondureños, que no encuentran tampoco en el sistema sanitario público una atención digna y eficiente.

El gremio de los dentistas y las autoridades deben unir esfuerzos para detectar, llevar ante la ley y castigar a estos mercenarios de la salud.

Pero también la población debe tomar medidas para evitar caer en manos de estos falsos profesionales. Antes de confiar su salud bucal, su dinero y hasta su vida en un consultorio privado es importante verificar la legalidad y el profesionalismo del personal médico.

El Ministerio Público debe actuar con diligencia en defensa de la salud y el bienestar de esa población que, escasa de recursos económicos, cae en manos de estos charlatanes. Es una pena que, como dice el refrán, el pobre siempre paga doble.