Editorial

Tragedia en las carreteras y calles

En Honduras una gran cantidad de conductores de vehículos no respetan los semáforos, los pasos de cebra, ni las aceras. En los bulevares conducen lentamente por el carril izquierdo, se detienen intempestivamente en las vías rápidas, se aparcan donde dice “no estacionar”, exceden los límites de velocidad, rebasan en curva, manejan en estado de ebriedad, o hablando por teléfono móvil.

Como resultado de toda esta imprudencia e irrespeto a la Ley de Tránsito, 751 hondureños y hondureñas perdieron la vida solo entre enero y junio de 2017, según registros del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

Que un promedio de 125 personas mueran mensualmente en hechos de tipo vial es una tragedia aterradora, que al ir aumentando cada día amerita la rápida acción de las máximas autoridades del Estado.

La Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT) entrega anualmente unas 350 mil licencias de conducir, tanto nuevas como renovaciones. Este documento no es una autorización cualquiera, representa confianza y responsabilidad depositada en los conductores; pero lamentablemente muchos irresponsables no lo ven así y siembran muerte y luto en calles y carreteras.

El comisionado de Policía, Leonel Sauceda, titular de la DNVT, explicó que las muertes por eventos viales se han incrementado en la medida que ha venido creciendo el parque vehicular, principalmente el de las motocicletas.

Para contrarrestar esta mortalidad, el oficial destacó la rigurosidad que ahora se sigue al otorgar los permisos para manejar.

Aparte, están las acciones operativas para aplicar la ley, llegando mensualmente a decomisar hasta 1,500 licencias a conductores ebrios. Solo en los últimos siete meses el pago de multas por infracciones alcanzó la suma de 70 millones de lempiras, manifestó.

En un país donde a mucha gente le gusta aprender con las acciones cohercitivas, la DNVT tiene la gran obligación al estar en la primera línea de combate a las muertes por accidentes de tránsito. También tiene responsabilidad un Instituto Hondureño de Transporte Terrestre que no arranca.