La determinación de la autoridades de transporte terrestre de implementar el control de peso en las carreteras es una medida que vendrá a extender la durabilidad de la carpeta asfáltica o de concreto hidráulico de las autovías.
Aunque la vida útil de estas depende de su diseño, de la calidad de los materiales con que se construyan, el peso que soportan también juega un papel muy importante.
De acuerdo con ingenieros civiles, el sobrepeso es uno de los factores que más dañan los pavimentos. A raíz de esto, hace unos años el gobierno colocó varias básculas en diversos ejes carreteros, pero luego estos instrumentos terminaron perdiéndose y a nadie le importó.
Hoy que hay una mayor conciencia sobre la gran inversión que se realiza en el mantenimiento y reconstrucción de las deterioradas vías de comunicación y en la construcción de nuevas, otra vez se puso en marcha la disposición, ahora con una reglamentación de la ley.
Desde el primero de septiembre reciente, el Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT) comenzó a implementar la medida en el sector de Jícaro Galán.
Las rastras y camiones que circulan por este punto del sur del país son sometidas a una evaluación con el propósito de que no lleven un peso superior a las 41 toneladas.
En los primeros 13 días, las autoridades IHTT registraron el peso de 2,500 vehículos de carga. Como resultado un total de 80 conductores de camiones y rastras fueron detenidos y multados por no cumplir con la carga establecida.
Está estipulado en la ley que los equipos que lleven sobrepeso para poder continuar circulando no solo deben pagar la multa de un salario mínimo- unos ocho mil lempiras- sino que también tienen que distribuir el cargamento en otro vehículo.
En un esfuerzo por cuidar lo que a todos los hondureños nos cuesta, otras 11 básculas serán instaladas próximamente en diversas carreteras del país. Ojalá estos controles sean permanentes y se apliquen sin privilegios para bien de la economía nacional.