Editorial

Un incidente bochornoso

El control migratorio en todo país está intrínsecamente vinculado a la seguridad nacional y al combate de riesgos potenciales como el crimen organizado y el terrorismo. De allí que a lo largo de los años muchas naciones han adoptado medidas más duras para vigilar a quienes entran y salen de su territorio, a la vez que estrechan la comunicación con otros países en aras de prevenir y luchar contra la delincuencia a lo interno de cada uno de ellos y también la que opera a nivel internacional. Estas elementales reflexiones devienen del último incidente, bochornoso y muy preocupante, protagonizado por el Instituto Nacional de Migración (INM).

El miércoles 2 de agosto, pese a que tenían orden de captura por lavado de activos, ingresaron al país provenientes de Miami, Jorge Barralaga Rivera y su pareja, quienes pasaron como Pedro por su casa en las narices del personal de Migración. El domingo 30 de julio, su padre y exoficial policial Jorge Alberto Barralaga, la esposa y dos mujeres más habían sido capturados como sospechosos de narcotráfico y lavado de activos.

Al día siguiente, 31 de julio, fue enviada la alerta a Migración sobre Barralaga Rivera y su compañera, las que debían ser ingresadas ipso facto en el sistema. Al tenor de los hechos, la duda es si realmente el INM actualizó la alerta ya que de haber sido así habrían sido detenidos en Estados Unidos.

Pero la respuesta de Migración por haber dejado pasar a la pareja no ha podido ser más absurda: que Barralaga Rivera tenía orden de captura por si salía del país, no para entrar.

¿En manos de quiénes está el control migratorio en nuestro país? Recordemos que en 2014 fueron aprobadas leyes más severas contra el lavado, debido a que el 20% del dinero que mueve el narcotráfico en Centroamérica se blanqueaba en Honduras. Recordemos los esfuerzos de las autoridades y el reclamo de la población para que cese la impunidad y corrupción.

La Operación Perseo ha generado reacciones positivas y se esperan más acciones contra personajes coludidos con el crimen organizado. Pero que el INM se haya evidenciado como un eslabón débil en esta lucha es causa de repudio y también de alarma. Genera la misma sensación de estar durmiendo con la puerta de la casa abierta de par en par.