Columnistas

Recientes conflictos bélicos

Las últimas décadas registran múltiples guerras, internacionales y locales, unas de mayor intensidad que otras, con un común denominador: considerable pérdida de vidas civiles y militares, destrucción de propiedad, éxodo de refugiados, “limpieza étnica”.

Estas son algunas: las invasiones de Estados Unidos a Irak, Afganistán, Siria, las rusas en el Cáucaso (Chechenia, Georgia), Siria, anexión de Crimea y regiones del oriente ucraniano.

Entre las internas: en la Península Balcánica, ex Federación Yugoeslava: Croacia católica enfrentada A Bosnia Herzegovina, musulmana, Serbia, ortodoxa y eslava opuesta a la secesión de Kosovo. Turquía reprimiendo a los kurdos, que aspiran a contar con territorio contiguo y propio, guerras civiles en Libia, Sudán del Sur, Nigeria, en África; Yemen, Líbano, Afganistán, en Asia; Colombia en América.

Entre los conflictos latentes: India y China (ya anteriormente enfrentadas), India y Pakistán (ambas poseedoras de armamento nuclear), Turquía y Grecia en torno a Chipre, Nor y Sur Corea, Israel e Irán, Arabia Saudí e Irán, Honduras y El Salvador (respecto al islote Conejo y libre acceso hondureño al Pacífico).

El “fin de la historia”, enunciado por el politólogo Francis Fukuyama tras el colapso de la Unión Soviética resultaría en el triunfo de la democracia liberal de occidente por sobre el autoritarismo del Este y los sistemas políticos y económicos colectivistas, fue más una aspiración que una realidad.

En tanto “El choque de civilizaciones”, teoría formulada por el profesor Samuel Huntington, enfrenta las culturas del Oeste (cristianas) con las del Este (musulmanas, vinculadas por el docente de Harvard con el terrorismo), globalización contra neonacionalismo en un mundo eventualmente unipolar triunfando sobre el multipolar, presidido por una nación hegemónica dirigiendo a la comunidad internacional en lo político, económico, cultural, combinando el “hard” con el “soft power”, tampoco se ha concretado.

Múltiples repercusiones derivan de estos enfrentamientos: creciente rearme, mayor número de refugiados y desplazados, alzas en el costo de vida ante la escasez de alimentos, creciente dependencia económica y política de Rusia respecto a China.

Dos bloques se perfilan: Rusia y China, Estados Unidos, sus aliados europeos (OTAN), asiáticos (Japón, Corea del Sur, Australia), lo que presagia, a mediano plazo, renovadas guerras en las que los avances tecnológicos y el poderío financiero inclinarán eventualmente la balanza hacia uno u otro de los rivales. La gran perdedora, desde siempre: la paz, la convivencia armoniosa, la estabilidad.

Así, el planeta continúa en confrontaciones armadas con el consiguiente derramamiento de sangre, pérdidas materiales, con renovados sufrimientos, migraciones, hambrunas colectivas, adquisición de armamentos cada vez mas letales, sin descartar la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial que conllevaría el empleo de armas nucleares.