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Precio de los combustibles, ¿todo bien?

Sin duda, que entre todos los precios de la economía, el de los combustibles es uno de los más claves. En economías como la hondureña pueden llegar a ser de los principales generadores de explosión en los demás precios, particularmente del transporte, energía, alimentos y otros de la canasta ampliada. Otro precio clave es el tipo de cambio monetario, específicamente la compra de la divisa, el dólar estadounidense, que se usa para las abundantes importaciones de bienes y servicios.

Precisamente, el mayor rubro en las importaciones son los derivados del petróleo. ¿Para qué? Para los motores del siempre creciente y casi saturado parque vehicular, desglosado en transporte colectivo y autos particulares. Otra parte gruesa de las importaciones de derivados petroleros se usa todavía para la generación de energía térmica. La demanda de dólares para derivados petroleros, la calculo entre $2,500 a $3,000 millones anuales. Digamos, una sexta parte del total de divisas utilizadas (tomando como referencia datos del BCH). Las importaciones totales de Honduras ya alcanzan los US$12,000 millones anuales. Una situación crítica es cuando se combinan devaluación monetaria, mayor compra de derivados de petróleo y aumento de importaciones en general. Tanto derivados del petróleo y autos son bienes completamente importados. Aumentan la demanda de dólares creando presión para devaluar. La devaluación a su vez, lleva al aumento de precios internos del propio petróleo y de todo lo que compramos del extranjero: maquinaria, medicinas, repuestos de vehículos, materiales, varias materias primas e insumos para la industria, ropa, joyería, etc., incluso, alimentos básicos como maíz, arroz y varias frutas y vegetales. Seguimos siendo una economía pequeña, abierta y con alto déficit comercial. Eso nos lleva a una alta inflación importada. Eso, sólo puede superarse con cambios estructurales. Imposible con administraciones de limitado alcance coyuntural.

El punto es que si bien se entiende que en un país importador de petróleo como Honduras los precios internos de los combustibles subirán cuando el precio internacional del crudo se incremente, no se entiende ni es aceptable que al descender estos precios internacionales del barril, al interior del país no se traslade esa rebaja a los precios internos. El reclamo va también en la línea de que cuando el precio internacional se eleva, eso se refleja rápidamente pero, no ocurre lo mismo cuando se trata de caídas internacionales.

Otra incoherencia y factor desequilibrante es la alta proporción de derivados de petróleo, como el búnker, utilizado para la generación de electricidad lo que, por un lado, presiona el uso de divisas y, por otro, vuelve más alta la tarifa del kilovatio/hora con lo que se crea un ambiente aún más inclinado a la inflación vía costos de producción para las empresas en general. El país todavía tiene pendiente avanzar en su matriz energética para que al menos el 80% de la generación eléctrica sea con fuentes renovables.

Un reclamo específico es la carencia de una apropiada gestión gubernamental para contrarrestar la influencia negativa que tienen los incrementos constantes en los combustibles en los niveles de inflación. Se trata de minimizar el impacto que inevitablemente tendrá una economía dependiente de combustibles importados cuyos precios están sujetos a la volatilidad internacional cuya dinámica es exógena, es decir, fuera del alcance de decisiones nacionales. La queja más dura es precisamente cuando estando bajos los precios internacionales del petróleo crudo, los precios internos continúan altísimos, mayores a L100 el galón.