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“Polarización”, la inapelable palabra del año

Lo ha decidido la fundación de la Real Academia Española, la Fundéu, que cada año rebusca entre el palabrerío de la gente, o las voces que más suenan en los medios de comunicación y -cómo no- las que se repiten en redes sociales, y este 2023 la palabra del año recayó en la que representa la fraccionada y pendenciera sociedad actual: “polarización”.

No es un vocablo nuevo, está en nuestro diccionario desde hace casi siglo y medio, y en ese lejano 1884 en que se incluyó también quería decir lo mismo: opiniones o actividades muy claras, pero distanciadas; y siempre ha tenido esa connotación desavenida de confrontación y crispación.

La Fundéu -que además de la RAE, la patrocina la agencia EFE- consideró que el término “polarización” se ha extendido imparable en este 2023 por todo el idioma español, y ha servido para señalar las diferencias confrontativas en la política, en las posturas ideológicas, en religiones, en las ciencias, en las plataformas digitales y no se han escapado ni los deportes.

Quizás toda la vida fue así, pero no hay quien niegue que la polarización encontró en las redes sociales un vehículo a velocidad luz -nunca mejor dicho- para irrumpir en todas las ciudades, en todas las casas, en todos los celulares, en todas las personas que ahora se destrozan y se amenazan a todas horas en una miserable autodestrucción.

No hablamos de los que reclaman sus derechos, exigen justicia o denuncian abusos, sino de esos quejosos sin sentido, de insultantes altaneros, de los sabelotodo que tienen una respuesta para cada cosa y un problema para cada solución, esos que multiplican noticias falsas, que mienten, falsean y calumnian consumidos en su penosa condición humana.

La polarización socava uno de los soportes claves para una sociedad saludable: la discrepancia, ese ejercicio de conocer, tolerar y respetar al otro. Discrepar nos permite evaluar nuestro punto de vista y el ajeno, compararlos, aceptarlos. De ese disentimiento han surgido grandes cambios sociales, radicales avances científicos, inestimables obras de literatura.

Pero la polarización ha inhibido la discrepancia. Muchos rehuyen de dar su opinión y evitan la inseguridad de exponerse si piensan distinto por temor a una ráfaga de agravios y descréditos. Ahora los insensatos y procaces tienen la palabra, no la pidieron, la arrebataron y van por ahí destruyendo y polarizándolo todo.

La palabra “polarización” le ganó este año a otras terribles como “fentanilo”, “guerra” o “ultrafalso”, y se une a las anteriores, como “inteligencia artificial”, en 2022; “vacuna”, en 2021; “confinamiento”, en 2020, que nos recuerdan la espantosa pandemia que vivimos y que anunciaban que algo aprenderíamos, aunque parece que no.

El lunes empieza otro año, como todo inicio trae grandes esperanzas. Que este 2024 sea de bienestar, prosperidad y felicidad para todos. Que en vez de 10 ganemos 20. ¡Feliz Año Nuevo!