Columnistas

Frivolizando al genio del mal

Las protestas de las representaciones diplomáticas de Alemania, Estados Unidos e Israel acreditadas ante Honduras, su pueblo y gobierno, están plenamente justificadas al condenar la imagen de Adolf Hitler con fines partidistas locales, lo que revela, por parte de quienes enviaron el montaje de fragmentos de una película, el desconocimiento absoluto de la historia de las atrocidades perpetradas antes y durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial tanto por el nazismo germano, el fascismo italiano y el militarismo japonés, responsables de la mayor hecatombe y genocidio perpetrados en los dramáticos y convulsos anales de la Humanidad.

La “Solución Final” ideada por el nazismo condujo al Holocausto de más de seis millones de personas: judíos, gitanos, eslavos, minusválidos, testigos de Jehová, homosexuales. Por su parte, el régimen de Mussolini, el de Pétain en la Francia ocupada y los gobiernos aliados del hitlerismo se encargan de capturar a sus connacionales hebreos y a miembros de la resistencia, enviándolos a campos de concentración ubicados en Alemania y Polonia para realizar trabajos forzados y eventual exterminio, amén de experimentos médicos con prisioneros, algo también practicado durante la ocupación nipona de China.

La supuesta pureza y superior inteligencia de los arios por sobre el resto de las etnias sintetizaba teorías racistas elaboradas a partir del siglo XIX justificando la agresión y expansionismo germano sobre Europa, con pretensión de ejercer dominio sobre la totalidad del planeta.

Acertados los comentarios de los colegas Daniel Vásquez y Luis Zelaya condenando tal burdo montaje, que hace mofa de los horrores desatados por los crímenes perpetrados por ideologías malignas sostenidas por sus respectivos complejos industriales-militares. Recordemos la devastación ocasionada al concluir la Segunda Guerra Mundial: mínimo de 60 millones de muertes, la mayoría civiles de 1937 a 1945, desde la invasión japonesa a China hasta la rendición incondicional de Alemania. La Unión Soviética, república que más contribuyó al esfuerzo bélico aliado, sufrió 27 millones de víctimas, China entre 14 a 20 millones, Polonia más de 5 millones, Francia más de medio millón, Gran Bretaña 449,000, Estados Unidos 418,500. Rumania: 769,000, 400,000 coreanos, 415,000 griegos, al menos 1.2 millones de yugoslavos, más de 343,000 checoslovacos, 45,300 canadienses. Por su parte, Alemania 6.9 millones de víctimas, Japón un estimado de 2.69 millones, además de los miles que perecieron durante y después del lanzamiento de bombas atómicas por parte de Estados Unidos resultado de la radiación, Italia alrededor de medio millón. Economías colapsadas, millones de refugiados, huérfanos, lisiados física o mentalmente, viudas, desolación. No olvidemos, jamás, que el neonazismo y neofascismo continúan presentes y activos tanto en Europa, en donde incluso han accedido al poder, pero también en otras latitudes del planeta, reviviendo teorías revanchistas de supremacía blanca y de exclusión, de derecho y de hecho, de las minorías raciales.

Que las lecciones de la Historia sean algo más que un mero ejercicio intelectual si es que deseamos que la precaria y frágil paz y convivencia pacífica no sucumban irremediablemente, de una vez y para siempre.