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Educación universitaria y el mundo del trabajo

Todos los años se gradúan miles de jóvenes de las universidades públicas y privadas. Los que ya concluimos el ciclo laboral, por cuestiones de edad, tenemos sentimientos encontrados ante la alegría de jóvenes y padres de familia, que después de haber hecho enormes sacrificios para la obtención de un título universitario, vean culminar sus esfuerzos. La mayoría de los estudiantes que culminan sus estudios terminan haciéndose la pregunta, ¿y ahora qué?, graduarse de una carrera universitaria no es garantía de una colocación en el mundo del trabajo.

Los padres de familia de escasos recursos o recursos medios casi siempre expresaban que la única herencia que dejarían a sus hijos era una profesión. La educación era un símbolo de estatus o ascenso social, puesto que permitía el ingreso al mundo laboral y con ello un ingreso que cubría las necesidades presentes y futuras de los profesionales. Algunas empresas estaban atentas a las graduaciones de jóvenes para emplear aquellos que obtuvieron durante toda su carrera una puntuación elevada.

Hace algunos días visité una institución bancaria en la capital, había pocos usuarios en lista de espera, nada comparado con el pasado que eran largas filas para ser atendido. La razón era una, muchos servicios bancarios ahora se pueden hacer en línea y eso se hace en segundos reduciendo costos.

Según estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), unas 47 profesiones están en peligro de extinción puesto que muchas tareas podrán realizarse sin la intervención de los trabajadores con máquinas automatizadas que reducen los errores humanos, bajando costos y en extensas jornadas sin que se vea afectada la producción.

En las circunstancias del país, donde las inversiones en servicios públicos y en obras de infraestructura es baja, profesionales en diferentes áreas se ven afectados. Mas de 6 mil médicos, unos 5 mil ingenieros civiles y centenares de arquitectos están desempleados, esto se repite en otras profesiones.

Pero también, el empleo basado en méritos profesionales se ve afectado por la enorme politización en la administración pública. Es más fácil conseguir un empleo en una dependencia estatal con una recomendación o un parentesco con un político que lograrlo a través de un título universitario, con lo cual no solo se vuelve más ineficiente la función gubernamental, sino que también se desestimula a los jóvenes en sus estudios.

Lo anterior explica, en parte, la razón por la cual el sistema universitario ha bajado significativamente la matrícula.

La problemática apuntada requiere de una discusión amplia entre los diferentes sectores involucrados, de otra manera, nuestros graduados universitarios no tendrán otra opción que emigrar para otros países en búsqueda de oportunidades.

El problema no se resolverá cerrando el espacio a la cooperación internacional, por el contrario, en una época de globalización de los mercados, debe buscarse la forma como se internacionalizan las experiencias educativas y la actividad laboral.