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Deuda externa, un tema olvidado

Hay un abandono del debate sobre el tema de la deuda externa. Hace unas tres décadas había una gran discusión sobre la sostenibilidad de la deuda, sobre todo para los países pobres, en esa discusión se levantó la bandera de condonar la misma, exigencia que tuvo modestos logros. La Iglesia Católica, en voz del papa Juan Pablo II, en la reunión con la delegación Jubileo 2000 del 23 de septiembre de 1999, decía que “la cancelación de la deuda es, sin embargo, urgente. Representa de muchas maneras una precondición para que los países más pobres progresen en su lucha contra la pobreza”.

El pontífice interrogaba sobre el tema: “Tenemos que preguntar, sin embargo, ¿por qué los avances para resolver el problema de la deuda son tan lentos? ¿Por qué tantas vacilaciones? ¿Por qué tanta dificultad para proporcionar los fondos necesitados, incluso para las propuestas ya acordadas? Son los pobres quienes pagan el costo de la indecisión y del retraso”.

En 1985, Fidel Castro lanzó una campaña internacional para la constitución de un frente de países endeudados confrontados a deudas insostenibles. Fidel Castro consideraba que la abolición de la deuda del Tercer Mundo tendría que ser otorgada tanto por los países capitalistas industrializados como por los países llamados socialistas. “Cuando hablamos de abolir la deuda, hablamos de todas las deudas que tiene el Tercer Mundo con el mundo industrializado, no excluyo a los países socialistas. Cuando hablo del Nuevo Orden Económico Internacional y precios justos, no excluyo -ni mucho menos- a los países socialistas, y estoy seguro de que para ellos significará sacrificios, pero comprenderán y apoyarán”.

El tema de la deuda externa sigue siendo un problema de primer orden para la economía mundial, sin embargo, pareciera un tema olvidado, aun cuando la deuda sigue creciendo a niveles insospechados, ya no sólo para los países pobres, sino que también para los países ricos, los propios Estados Unidos tienen una deuda de 33 billones de dólares, siendo el país más endeudado del planeta. Según los últimos datos, la deuda externa mundial llega a la cifra de 313 billones de dólares para el año 2023.

Cuando se aplican medidas de ajuste fiscal, ya no se sabe si se hacen para promover el desarrollo social o si se hacen para pagar la onerosa deuda con los organismos financieros internacionales y con la banca privada.

En el sitio del Fondo Monetario Internacional (FMI) puede leerse un artículo suscrito por un colectivo de colaboradores del FMI, en el que se resalta “con las relaciones de deuda pública/PIB por encima de los niveles previos a la pandemia y el aumento de los costos de financiamiento en un contexto de tasas de interés internacionales y locales más altas, los países tendrán que garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas para ayudar a preservar su credibilidad y recomponer el espacio fiscal”. (Goldfajn et al., 2022).

Muchos países, incluyendo Honduras, tienen que recurrir a préstamos para cubrir sus obligaciones presupuestarias y para pagar sus compromisos de deuda. Una situación como esta vuelve difícil cualquier propuesta de desarrollo.