Columnistas

Apuntes sobre el pensamiento económico de Valle

Debería ser suficiente decir que Valle es el primer economista de América Central. Aun así, seguimos deficitarios en enseñar y aprender sobre la historia -sencilla y profunda- de la estirpe nacional en la pre y posindependencia. Virtudes y vicios se entremezclaron dialécticamente para marcar la línea histórica de las incipientes repúblicas centroamericanas.

Valle procedía de una familia acaudalada; solvente de la cuna a la tumba. No obstante, estaba consciente de la mala distribución dex las riquezas y el marginamiento de los indígenas. Era un privilegiado, inercialmente conservador, pero, con capacidad de interpretar la realidad y también cambiarla. Conocedor de las doctrinas del continente europeo, entonces en ebullición revolucionaria. El acceso a los libros y su intercambio epistolar con Bentham lo conectaron con el avanzado pensamiento del utilitarismo, raíz común de los economistas clásicos y neoclásicos. Valle pulió el experimentalismo de su maestro José Antonio de Liendo con Bentham y de sabios consultados como Newton, Galileo, Descartes, Locke, Montesquieu y otros estudiosos de las fuerzas que regían la sociedad. Lo esencial era lograr la felicidad para la mayor cantidad posible de personas; Bentham intentó “cuantificar” la utilidad de los bienes a través de “cálculos felicíficos”, adelantándose a su tiempo. Valle se sintió discriminado por no haber nacido en la península siendo sus padres de Andalucía. El filósofo Gustavo Zelaya afirma: “Haber nacido fuera de tierras españolas supuestamente los hacía portadores de rasgos físicos y valores inferiores”; especie de racismo dentro de las mismas élites. Esas desigualdades del sistema imperante indujeron a José Cecilio a plantear una rebelión. A pesar de ser funcionario de la colonia, abanderó cambios coincidiendo con los movimientos independentistas y reivindicaciones de la población empobrecida.

La Sociedad Económica de Amantes de Guatemala y su vínculo con la Universidad de San Carlos (donde estudió también su primo Dionisio de Herrera) con sus trabajos periodísticos, confirmaron sus propuestas de cambios económicos y políticos para superar la etapa del dominio colonial.

Aunque con métodos diferentes, Valle y Morazán propugnaron por el proyecto federalista. El temprano deceso de ambos (en 1834 y 1842 respectivamente) significó perder la oportunidad en Centroamérica para la construcción de estructuras modernas de Estados y gobiernos con democracia real, aparatos productivos y mercados innovadores aprovechando recursos naturales y posición geográfica estratégica.

La oposición al proyecto federal centroamericano impulsada por las principales familias conservadoras de Guatemala y la injerencia de fuerzas extranjeras, impidieron desde sus arranques un genuino proyecto de emancipación económica y política. De no haberse tenido esos obstáculos, Centroamérica -federada o en cada nación individuamente- hubiese transitado a sistemas mercantilistas-burgueses (revolucionarios en esa época) que se tradujeran en mayor producción y productividad en el sector primario y que, iniciaran -a su manera- sus propias revoluciones industriales. La inestabilidad política imposibilitó la estabilidad económica. Al estudiar la riqueza natural de Honduras, además de visualizar negocios muy rentables, Valle soñaba (como el Abad), con la visión de un canal interoceánico a construirse en Nicaragua y asegurar la navegabilidad de caudalosos ríos hondureños para el transporte de mercancías y personas. Pensaba que, para emprender tales obras, sería necesario asociarse con “especuladores” (inversionistas) extranjeros, pero confiaba en no resultar burlado en esas inevitables alianzas mercantiles. Sus abundantes escritos sobre diversas materias lo hicieron y lo hacen adjetivarlo como sabio. Coincidentemente, nació un año después del nacimiento formal de la economía como ciencia, con Adam Smith y su obra clásica “La riqueza de las naciones” (1776).