Columnistas

El asesinato de Renny Martínez

¿Qué tan fácil es adquirir un arma? A un desequilibrado le costó 500 dólares, alrededor de 11 mil lempiras, comprar un M16 de asalto con el que asesinó a 49 personas e hirió un número similar de la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales). Al respecto, el presidente Obama expresaba: “Esto fue un acto de terrorismo y odio y, como estadounidenses, estamos unidos en el dolor, la indignación y la determinación para defender a nuestra gente”; igual postura han manifestado los miembros activos de la diversidad sexual en Honduras luego del asesinato de Renny Martínez y muchos más que todavía están en proceso de investigación, mientras sus familias y amigos esperan respuesta.

Y es que el movimiento de diversidad sexual, en el que podrían estar nuestros hijos e hijas, más que tolerancia merece respeto e igualdad de oportunidades sin ser excluidos, estigmatizados o discriminados y por ende privados del acceso a la justicia y derechos fundamentales.

En el año 2008, la ONU, en su Declaración sobre Orientación Sexual e Identidad de Género, estableció que “Condenamos las violaciones de derechos humanos basadas en la orientación sexual o la identidad de género dondequiera que tengan lugar, en particular el uso de la pena de muerte sobre esta base, las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, la práctica de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, el arresto o detención arbitrarios y la denegación de derechos económicos, sociales y culturales, incluyendo el derecho a la salud”.

A Renny lo conocí en las luchas por una vida libre de discriminación que muchas veces en culturas patriarcales como la nuestra es manifestada a través de acciones violentas y frases desvalorizantes o peyorativas. Sin duda, la comunidad ha perdido un ser humano excepcional y combativo, alguien con la claridad de que ser homosexual o transexual no significa tener derechos diferentes en la sociedad. Hasta pronto querido amigo, en mi mente guardo tus mejores recuerdos y tu deseo de superación.

*Directora del Observatorio de la Violencia de la UNAH