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Se buscan estadistas

“En Honduras se necesitan estadistas”, una frase que más de alguno ha escuchado. Hay mucha verdad dentro de esa frase, la política hondureña carece de estadistas que guíen nuevos caminos. ¿Qué es un estadista? Es alguien que conoce de primera mano la realidad de su país. Un estadista conoce los problemas dentro de los poderes del Estado. Estadistas y políticos, ¿cuál es la diferencia? James Freeman Clarke, teólogo estadounidense del siglo XIX, engloba la diferencia en una sola frase: “Un político piensa en las próximas elecciones, un estadista en las próximas generaciones”.

El político corriente promete cambios para conseguir el poder en la elección; un estadista mide los problemas y soluciones de la nación con una visión a futuro. El hombre de Estado va más allá de una simple ideología partidista; encuentra dificultades en la sociedad y brinda propuestas reales. Pericles, reconocido como el primer abogado, también es conocido como el primer estadista. El influyente gobernó durante el “siglo de oro” (siglo V a.C.) en Atenas; en época de entre guerras, pero en la que se fomenta la cultura y educación. Pericles gobernó en sus primeros años apegado a la democracia y la justicia, manteniendo las necesidades de Atenas por encima de sus objetivos personales. Entre las guerras médicas, se comenzó a construir la Acrópolis y el Partenón; dos proyectos ambiciosos terminados años después de su muerte, pero que actualmente representan la grandeza ateniense.

Otro ejemplo de estadistas es el general José Francisco Morazán Quesada, quien se pasó su vida adulta promoviendo los ideales de una Centroamérica libre y próspera, dejando atrás el legado colonial. No fue tarea fácil, hubo momentos en los que tuvo que defender a la nueva República Federal de Centroamérica, como cuando lideró la Batalla de La Trinidad en 1827. Sus hazañas y liderazgo lo llevaron a ganar las elecciones de la Federación en 1830. Como nuevo presidente, Morazán puso en marcha reformas ambiciosas: educación para todos, libertad de prensa, igualdad social y política, libertad de religión, entre otros. Morazán es y será recordado como el prócer que buscó un mejor camino para la región, a pesar de no lograr todos sus objetivos. Así como Pericles, trajo nuevas ideas a una sociedad que necesitaba un nuevo camino. La historia los recuerda como ejemplo de la determinación de aquellos que desean una mejor nación. El legado de ambos es más grande que sus victorias y derrotas, a eso debemos apuntar.

Un estadista no es una figura mesiánica que tanto se espera en la política; no es alguien que prometerá un giro de 180 grados en un periodo presidencial, sino un cambio generacional, guiado junto a la población. Estas figuras, con planes factibles son quienes podrían iniciar el cambio en una Honduras abatida por una pandemia, dos desastres naturales, la interminable corrupción, y el crimen organizado. Los estadistas son la representación del patriotismo, quienes no ceden a su país por intereses personales. De cara a las elecciones generales del 28 de noviembre, Honduras busca estadistas que guíen al país hacia la prosperidad que tanto anhelamos. ¿Los podremos encontrar en las papeletas?