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Así se siembra la corrupción

Por fin los políticos volvieron al campo, pero al campo de golf, para desestresarse después del arduo trabajo de saquear y condonarse sus deudas contraídas con el Banco Nacional de la quiebra agrícola (Banadesa).

Esa acción celebrada y aplaudida por la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (Cnbs), que planteó como inviable continuar con la operatividad de los escombros del Banco, con esta declaración, se ha legitimado el robo a secas. La misma cnbs reveló sin inmutarse que la entidad acumula una mora del 70 %, rebasando los parámetros de la banca comercial. Y como no tener esa insostenible mora de un proyecto agrícola que nació como Banco Nacional de Fomento (Banafom), en 1950, creándose como una institución autónoma, y siendo su objetivo principal contribuir al fomento de la producción del país para elevar el nivel de vida de la población, principalmente la de los pequeños y medianos productores de la época.

El objeto principal de banadesa fue canalizar los recursos financieros para el desarrollo de la producción y la productividad en la agricultura, ganadería, pesca, avicultura, apicultura, silvicultura y la corruptura, donde hacían fiesta con los dineros públicos, dejando millonarias pérdidas, y encima, ocultar a los grandes deudores, cuyos documentos fueron consumidos por ratas de dos patas, ¡como dice un chusco de barrio!

Banadesa fue la pulpería de políticos y grandes productores, quienes eran los que obtenían los préstamos, mientras los pequeños productores lo único que obtenían eran evasivas para que sus pobres tierritas se consumieran en el tiempo y el olvido. Nunca fue respuesta para el agricultor, menos para las mujeres del campo, visto que el 88 % de ellas no posee tierras para la producción agrícola, lo que implica una enorme brecha con la que se enfrenta el movimiento campesino y para los dos millones de mujeres campesinas que hay en Honduras, que apenas solo el 1 % de estas logró créditos en el banco estatal.

Mientras en el campo se sembraban las miserias, en la ciudad se cosechaban los emporios con financiamiento de banadesa. El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), presentó ante el Ministerio Público una línea de investigación por delitos de abuso de autoridad y fraude en el proyecto del Mercado Metropolitano de Tegucigalpa, proceso de investigación que hasta la fecha no ha sido terminado y ha significado un desfalco de 37 millones de lempiras. Los fondos fueron extraídos de banadesa, mismos que beneficiaron a una empresa dedicada al negocio de bienes y raíces desde el 2016.

Casi 106 millones de lempiras para ese proyecto que no corresponden a los valores totales otorgados para la construcción, y que la pulpería de banadesa soltó sin revisión del cumplimiento al cronograma de trabajo que se aprobó al momento de desembolsar el fideicomiso, en una total colusiónentre los socios de la empresa mercantil y los funcionarios del banco que con el objeto de defraudar fondos públicos, emitieron informes manifestando el cumplimiento de lo pactado solo para obtener fondos en los supuestos avances de la construcción, aun en la espera infinita de la conclusión.

Sumado a lo anterior, se comprobó que ciertos préstamos no fueron otorgados mediante procedimientos legales, provocando que los mismos se encuentren desprotegidos en garantía, de igual modo, una afectación económica de 7,4 millones de lempiras.

En eso quedó aquel proyecto, aquella ilusión para reactivar la economía agrícola que durante siete décadas patrocinó terratenientes, políticos y empresarios de la tierra que sembraron miserias en un camino tortuoso, que hoy por hoy, con la semillamejorada de la corrupción, se disimulan los muertos de hambre en el campo y han corrido para darle a banadesa, por fin la tierra, aunque sea un puñado en el panteón de la impunidad.