Columnistas

En 1929 hubo en San Pedro Sula una manifestación pública convocada por obreros afiliados a la Federación Sindical (FSH) para exigir jornadas laborales de ocho horas, consigna que décadas después ayudaría a Ramón Villeda Morales a conquistar el poder y aprobar el Código de Trabajo. Creó a la FSH el primer Congreso Obrero-Campesino oficiado en Tela, evento que condujo luego a la fundación del primer Partido Comunista nacional. En julio y septiembre de ese año la FSH denunció la represión lanzada por soldados al servicio de las compañías bananeras en contra de sus afiliados, pues había sido capturado, igual en Tela, el 25 de agosto, su dirigente máximo Manuel Cálix Herrera, acusado de atentar contra el vicecónsul de EUA, patraña similar con que se buscó enredar a un oficial hondureño en 2017, por haber expuesto la corrupción policial y de las Fuerzas Armadas.

Arturo Taracena, destacado historiador guatemalteco, refiere que “la vida política de Centroamérica estaba en ese momento marcada por el conflicto fronterizo entre Guatemala y Honduras, que casi degenera en guerra y que era una disputa por 2,000 millas cuadradas de espacio entre río Motagua y montañas Merendón, que son líneas fronterizas naturales. Pero al fondo del conflicto, lo que ocurría era una pelea territorial librada entre las bananeras United Fruit y Cuyamel Fruit, adicional al enfrentamiento por la presidencia entre los generales Tosta y Carías y el recrudecimiento del conflicto armado que oponía el Ejército Libertador de Sandino a las tropas de marines en Nicaragua” (ver “El Partido Comunista de Guatemala y el Comunista de Centro América”. WARP, 2011).

En el periódico El Libertador de entonces, Jacobo Hurwitz, comunista, tituló un artículo “Guatemala y Honduras, presas del imperialismo yanqui”, en donde afirmaba que si el laudo internacional (solicitado a EUA) era favorable a Guatemala “quedarían anuladas las concesiones de Honduras a la Cuyamel, que perdería su salida (comercial) al mar Caribe, entrando entonces en vigencia cierta concesión hecha por Guatemala a la UFCo. Pero si fuese a favor de Honduras, la UFCo se vería obligada a respetar lo otorgado a la bananera rival, limitando sus actividades a la ribera izquierda del río Motagua”. Zemurray había formado en 1911 la Cuyamel Fruit Company, con capital de cinco millones de dólares y muchas exenciones fiscales, particularmente de su amado dispensador Manuel Bonilla. UFCo apoyaba, más bien, al cachurequismo que lideraba Tiburcio Carías.

El patriotismo pululaba, empero, a ambos lados del Motagua. En Guatemala fue fundada una Liga Patriótica de Defensa Nacional, mientras que en Honduras ocurrían manifestaciones a favor de las políticas del gobierno, a pesar de instrucciones giradas por la Internacional Sindical Roja a sus filiales en América Latina para que no se involucraran ideológicamente en el litigio.

El triunfo limítrofe de Guatemala hundió a Honduras en decepción acerca de la política norteamericana, que siempre sirve a sus propios intereses: UFCo era más relevante para los negocios que Zemurray, del mismo modo que en el presente aquella obtiene del mandatario actual cuanto se les antoje, en tanto lo rodean con inseguridad para que se ablande y conserve fiel, pues la captura de su hermano narco es solo otro tornillo a la corona que le tejen para pronto plazo. Lo que revela que las políticas nacionales e internacionales se mantienen constantes desde hace noventa años, pues son sistema, y que lo único que puede cambiarlas es la voluntad del pueblo. Suponiendo que el pueblo desee en algún momento expresar
tal voluntad.