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Consideraciones para el sector agrícola en crisis

Nos preguntamos: ¿cómo han trabajado los que han rectorado el sector agrícola o qué calidad de decisiones han tomado los presidentes de turno o los mismos diputados, sin tener un censo agropecuario como un referente confiable? Ciertamente, ¿se ha administrado la agricultura de Honduras sin norte y desordenadamente?

El último censo agrícola en Honduras fue levantado en 1992, hemos estado infelizmente por 26 años sin un estudio pertinente para lograr un diagnóstico correcto dentro de la realidad, en otras palabras, nuestra agricultura ha estado a la deriva y siguiendo el surgir de ideas aisladas, alejados de un establecido y coherente proceso sistemático de progreso y desarrollo de políticas agrícolas de Estado. Levantar un nuevo y confiable censo agrícola, será un instrumento para la toma de decisiones en materia de diseño y evaluación de políticas públicas, armonizadas con el sector agrícola privado, principalmente con la pequeña y mediana agricultura, en donde se encuentran la mayoría de productores agrícolas.

El censo agrícola juntamente con un marco legal que flexibilice el crédito y la adopción del seguro agropecuario; el fortalecimiento de las instituciones financieras agrícolas públicas y privadas; establecer nuevamente la asistencia técnica y tecnológica fundamentada en la investigación agrícola; promover la asociatividad y la diversidad productiva; exigir la competitividad y conquistar mercados, el pueblo y gobierno de Honduras tendremos producción agrícola, desarrollo económico, seguridad y soberanía alimentaria.

Un gobierno se encontrará sin brújula al no contar con un censo actualizado y con datos intercensuales que ofrezcan información verdadera.

Otro enfoque es que la pobreza rural es el principal reto no resuelto en la agricultura hondureña, sobre todo para los pequeños productores, pese a los intentos de reformas estructurales, liberalización de mercados y numerosos proyectos y programas de desarrollo. Se pueden plantear nuevas políticas, nuevas estrategias, reinventar nuevos tratados de cómo hacer una agricultura sustentable, pero no alcanzaremos una agricultura floreciente mientras no aterricemos en el campo de las acciones, no tendremos una agricultura pujante mientras no distingamos el mundo rural, mientras no se respete y se le niegue el sitial de honor que se merecen los ciudadanos del mundo agrícola y de la ruralidad.

Los ejecutivos de organismos internacionales, autoridades nacionales, profesionales, productores, banqueros, comerciantes y toda la sociedad hondureña conocen de las causas del atraso de nuestra agricultura y plantean soluciones. Entonces, la pregunta surge: ¿qué pasa con la agricultura de Honduras? Si tenemos el conocimiento del porque esta así, deben establecerse eficientes plataformas de desarrollo que garanticen el crecimiento económico agrícola, la seguridad alimentaria y reduzcan la pobreza.

Los productores hemos visto a los que han tenido la honrosa posición de rectorar la política agrícola del país, abandonar el negocio agrícola. ¿Qué pasó con ellos, manejaron el sector agropecuario de Honduras y prefirieron salirse de la agricultura? ¿Qué vieron o qué obstáculos encontraron para no enderezar el barco y llevarlo a puerto seguro? Ellos no lograron llevar la política agrícola de sus gobiernos de turno al campo, hacia una agricultura práctica, productiva y sustentable.

En otra perspectiva, en cuanto a las cadenas agroalimentarias establecidas, la transparencia constituye una condición previa al éxito, lo mismo que la supervisión del gobierno, la reglamentación y aplicación de comportamientos competitivos. Para avanzar en el desarrollo de la agricultura, es necesario realizar inversiones en infraestructuras como carreteras, puertos y comunicaciones; en adquirir equipamiento de producción y de procesamientos. Realizar estas inversiones permite el progreso de la agricultura y alcanzar resultados fundamentados en compromisos políticos con acciones previsibles y respaldadas por índices prácticos medibles. Los productores agropecuarios necesitan desarrollar la capacidad de trabajar juntos (asociatividad) para enfrentar los distintos desafíos. Frente al cambio climático, las enfermedades y la volatilidad de los mercados es importante adoptar herramientas de gestión de riesgos que permitan al productor el pago de sus créditos. Finalmente, por mi vivencia personal, tanto en mi formación académica y la experiencia como productor, estimo que la industria de la ganadería bovina ha disminuido ostensiblemente con mucho deterioro y la mediana y pequeña agricultura se ha estancado, en otras palabras, la agricultura hondureña no ha tenido avances notables dignos de encomio a excepción de los rubros del café, camaricultura, palma africana y caña y sus industrias, que sobresalen a pesar de sus imperfecciones.