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'El diáblogo”

El infierno tiene calzadas empedradas de buenas intenciones, apariencias y de establecer el camino en llamas sobre las cenizas del país que nos han dejado los políticos, que juegan con el fuego de la razón, porque al parecer nos quieren dar atol con el dedo y engañarnos una vez más con cantaletas falaces; sin embargo, se va observando que es un elemento del circo romano que ellos hacen a modo de distraer el asunto que nos atañe.

Por eso en las mesas se negocian más los caprichos de cuatro lambiscones que el verdadero tema a tratar. Se tiene que tener en cuenta que han estructurado bien el entarimado social; aunque se debe construir una nación de tolerancia y bienestar, en cambio se siente que han creado el mismísimo infierno estos políticos.

La oposición y el gobierno de Hernández se ensartaron en una aventura sin fin con el propósito de establecer un diálogo con mediación de la Organización de las Naciones Unidad, destinado a superar la crisis política generada por los mismos políticos, que de la manga de la camisa se sacaban la victoria electorera de ambos bandos, azuzando con sus amontonamientos del siglo pasado.

“Nos da mucha tristeza por el pueblo de Honduras que no se merece lo que hoy ha sucedido”, afirmó el representante de ONU en Tegucigalpa, Igor Garafulic, al dar por terminada la reunión en la que se buscaban consensos con el objetivo de iniciar el diálogo.

En esa tertulia de cuartería abierta participan diferentes personalidades del oficialismo y del Partido Nacional, así como representantes de la oposición y otros actores que más bien son adornos superfluos del sistema.

Mientras tanto, el dizque diálogo de sordos fracasa, el pueblo se ha desatado una calamidad de corrupción en nombre de la herencia y plusvalía que nos sacude sin que ninguno de los seudolíderes de esos que se ponen a berrear en la mesa de discusión digan algo. Ni se pronuncian ni se inmutan de cómo una larga lista de abusos y excesos acumulados a lo largo de estos años ha dejado a la patria en la calle y en la miseria.

La ciudadanía una vez más protesta sin el sueldo suntuoso de los diputados, simplemente reclama por la indignación que reciben a palo a diestra y siniestra. Los jueces dictan libertad, los opositores braman de impotencia porque a ellos los altera que la hegemonía no sea para uso de sus larvas vivientes en sus banderas de “lucha”.

Esto sucede debido a que allá dentro están enclaustrados en sus rabietas, donde buscan dialogar con un Gobierno encerrado en su cotidiana arrogancia y prepotencia, y los demás en dogmas e ideologías. No obstante, en las discusiones se demandan acciones de razón y pragmatismo en la política y en la economía. No se necesitan pláticas, se solicitan rectificaciones y reflexiones por parte del Estado.

En primer lugar, deben derogar la red de normas delictivas del Poder Legislativo y con ello toda la lacra de leyes espurias archivadas con el fin de favorecer a candidatos presidenciales. Es urgente un proceso de austeridad fiscal en donde haya más inversión, libertades políticas y participación con el objeto de mejorar la democracia y transparencia en las futuras elecciones y no pasar vergüenzas en el mundo como salvajes que ni votar podemos ya que no elegimos, sino que eligen. Hagamos de esta patria un plan de paz, de honestidad, no este infierno de saqueo y violencia. Dejemos tranquilo al diablo, que seguro debe estar horrorizado por la sucursal que nos abrió en esta tierra, poniendo a políticos de gerentes.