El periodismo ha ido evolucionando con la sociedad, los avances tecnológicos, las tendencias e inclinaciones de los públicos y con los diversos escenarios que ahora existen en materia de información. De estos diversos y nuevos escenarios ha surgido el periodismo de especialización, que en nuestro país aún no está bien definido excepto en casos específicos como el periodismo deportivo o el de investigación, por citar dos ejemplos. También está llamando mucho la atención el periodismo en las redes sociales y el que a través de sistemas de cable satisface a públicos cautivos y selectos.
En general, la práctica del periodismo imparcial tiene el poder de cambiar las actitudes, la forma de ver el mundo, brindar información veraz y oportuna, poner en perspectiva los eventos cotidianos, de ser parte de la colectividad y sus intereses. Es necesaria la práctica de este periodismo para beneficio de las mayorías y que no sirve a los gobernantes de turno, inclinando su testa y su pluma en una venia interminable.
Pero también es necesario entender que la satisfacción de necesidades de información específica de grandes sectores sociales se vuelve cada vez más urgente, útil y llamativa para los medios de comunicación y el ejercicio periodístico. La defensa del consumidor es uno de estos temas lo suficientemente atractivo y serio como para incluirlo en los espacios periodísticos como una especialización que tiene enorme futuro y que puede ser el principio de una revolución social y económica, además de fomentar la transparencia y la ética en los negocios y en las relaciones de consumo.
No estoy abogando por un periodismo de consumo irracional, sino el necesario para poner a disposición de los consumidores productos y servicios básicos, que los eduque y oriente sobre aquellos aspectos que pueden mejorar su calidad de vida y definirlo de manera constante como un ser libre que puede tomar decisiones informadas respecto a estos temas, sin engaños ni cortapisas.
Algunos medios pueden sentir que los temas de consumo son incómodos y que puede cerrar puertas en lugar de abrirlas, por los componentes de denuncia que usualmente surgen, pero el tema de la ética corresponde al anunciante en primer lugar. El medio no es un ente fiscalizador ni de censura. Por el contrario, en un espíritu educativo y de apoyo honesto a la sociedad los anunciantes honestos y comprometidos con la sociedad deberían aparecer en las secciones de periodismo especializado en temas de consumo y la defensa de los consumidores y usuarios de productos y servicios.
Para Artículo 19 Honduras, Diario EL HERALDO ha sido un aliado permanente en nuestro afán de educar e informar al consumidor en la casi infinita gama de temas que existen en lo que a consumo se refiere. Por más de 10 años, este importante e inclusivo medio nos ha brindado un importante espacio entre sus columnas y en su apartado digital. Nunca nos han pedido nada ni nos han censurado en lo que escribimos, lo que habla del compromiso de este diario con la sociedad hondureña. Estamos agradecidos de tener esta oportunidad y privilegio. Animamos a los periodistas de nuevo cuño a especializarse en temas de educación y defensa de los consumidores. Hay un enorme potencial en esta área y seguro estoy de que el público va a estar más que agradecido e interesado en sus contribuciones. También animamos a otros medios de comunicación a abrir espacios para crear secciones especializadas que hablen de estos temas con la seguridad de que llamarán la atención de muchos comerciantes y empresarios que tienen interés en comunicarse con sus públicos más allá de la publicidad y la propaganda.
