Columnistas

Una sociedad enferma, muy enferma

Diario EL HERALDO publicó el día 18 del corriente mes un dramático reportaje acerca de la situación en que viven los niños y niñas que en este momento han quedado en condición de orfandad, señalando, de acuerdo con estudios realizados, que una de las principales causas para que alrededor de un 8.6 por ciento de la población infantil en el país viva en esa condición está motivada por los femicidios, que en los últimos años se han incrementado.

Los problemas de la niñez en el país son múltiples y de diferentes causas. Un estudio llevado a cabo por la Pastoral de Movilidad Humana estableció que solo en el año del 2015 fueron deportados de México al territorio hondureño unos 5,354 menores de edad, los mismos iban con destino a los Estados Unidos con el propósito de unirse a sus padres, que viven en aquel país.

Una cantidad de niños y niñas, todavía no contabilizados por los organismos de derechos humanos y el gobierno, se mueven en los basureros de las principales ciudades tratando de sacar de la superficie de los crematorios municipales los desperdicios para alimentar y calmar su sed.

Niños que trabajan en condiciones de esclavitud, manipulando sustancias químicas e insalubres, niños de la calle y en la calle, muchos de los cuales son, a su corta edad, consumidores de sustancias tóxicas, esos niños en algunos casos son reclutados para actividades ilícitas de bandas organizadas de delincuentes, además, una niñez subalimentada y sin los servicios básicos de salud, educación y vivienda digna.

En Honduras, según datos del último Censo Nacional, hay más de 60 mil niños que no están inscritos en el Registro Nacional de las Personas (RNP), perdiendo con ello los derechos, incluyendo hasta el derecho a tener un nombre, salud, educación y otro tipo de servicios.

Lo que hemos dicho es referido a condiciones materiales, no se registra ni se hacen estudios acerca del impacto de la modernidad en términos de los daños que provocan las relaciones familiares en un contexto donde el comportamiento humano está mas inclinado por pasiones y sentimientos desbordados de toda regla de convivencia familiar.

Lo que se llama familia disfuncional es la que tiene que ver con la reasignación de roles en la sociedad actual, esto ha provocado rupturas familiares, ausencia de los padres, abandono de responsabilidades y altercados que hacen un terrible daño a la niñez y la sociedad.

En un escenario como este, las soluciones pueden ser individuales, sociales y familiares, lo poco que queda de familia.

Muchos de los problemas sociales de la niñez hondureña están determinados por un sistema político corrupto que drena recursos públicos para engrosar los bolsillos de particulares, en vez de hacerlo para el desarrollo de la nación.

Vendrá la celebración del Día del Niño, los políticos de todos los partidos buscarán expiar sus pecados, cargando en sus lujosos vehículos coloridas piñatas para entregárselas a los niños pobres de una sociedad que cada día ve que cierto segmento de la población menor de edad crece sin esperanza y hundida en el desaliento.