Insisto en la necesidad de hacer un análisis sobre la situación económica del país y la constante devaluación del lempira frente a monedas extranjeras como el dólar y el euro.
En este aspecto, el tema de los recursos económicos y el manejo de las relaciones con quienes se mantienen intercambios comerciales son importantes.
Recordemos que la producción y las exportaciones de un país son indispensables para tener una moneda en competitividad de mercado.
En la depreciación del lempira no hay que olvidar que hay una responsabilidad ciudadana con los precios a nivel nacional, los que deben ajustarse al mantenimiento de la armonía social de la población.
Esperamos que el Banco Central de Honduras, que es el responsable de regular la política monetaria y cambiaria del país, se ajuste a eso, haciendo a un lado aquellas presiones que puedan existir o el interés de favorecer a un determinado sector.
Es necesario actuar en función de alcanzar una política económica sana y responsable, teniendo en cuenta la obligación de ponernos a trabajar para impulsar una Honduras más productiva.
Es imperativo producir los productos que son básicos en la canasta familiar utilizando una política apropiada, revisada y supervisada por el gobierno para que los financiamientos vayan a los canales que debe ir, al verdadero productor que necesite este apoyo.
Hemos visto con preocupación cómo de centavo en centavo el lempira desde hace años viene cayendo frente al dólar sin que los gobiernos, luego de la subasta de dólares, hayan adoptado un mecanismo para contrarrestarla.
Frente a este problema es trascendental que los administradores del Estado entiendan que la revalorización de nuestra moneda solo llegará por la vía de producir y exportar más cada día, pero para ello hay que fortalecer las industrias, las empresas y el comercio.
No es posible que Honduras, una nación con tanta riqueza natural y humana, continúe con una economía tan frágil y una moneda tan débil, solo porque no hemos aprendido hacer las cosas bien, pensando en los intereses de todo un pueblo que cada día lucha por la subsistencia.
Debemos actuar en función de hacer una política económica que vaya en consonancia con los intereses de todos. Honduras no debe conducirse por la vía de devaluar su moneda por presiones de organismos financieros internacionales, lo recomendable es ir por lo justo y lo necesario para mantener una moneda sólida.
No hay que olvidar que una acelerada depreciación del lempira golpea al pueblo y a los productores, causando también grandes daños a la economía del país.