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70 aniversario de la Cepal

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) conmemoró el 25 de febrero su 70 aniversario, se fundó en 1948 como una iniciativa del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.

Su principal inspirador fue el argentino Raúl Prévich, quien a su vez fue su primer secretario general. La Cepal en sus inicios tenía una clara idea acerca de las explicaciones del subdesarrollo de América Latina, empleando una visión de tipo estructural formuló la tesis fundada en que nuestras economías se caracterizan por una actividad económica basada en productos primarios, niveles de productividad muy bajos entre sectores, lo que más tarde se conoció como heterogeneidad estructural, donde la modernidad se entremezcla con la tradición, alta concentración del dominio de la tierra y una composición empresarial poco dada a la inversión productiva y al progreso técnico.

Para explicar la relación entre los países industrializados y los países subdesarrollados se incorporó el concepto dual de centro-periferia, con esto se explica una relación desigual en el comercio. Mientras los países desarrollados exportan productos industrializados, los países pobres exportan materias primas, estas últimas con desventajas en el mercado mundial; de esta manera, las naciones subdesarrolladas compran caro y venden a bajos precios su producción agrícola y materias primas, lo cual genera un comercio deficitario en favor de las naciones del centro desarrollado. En palabras del escritor uruguayo Eduardo Galeano, centro-periferia son dos caras de la misma moneda, mientras unos países se especializaron en perder, otros se especializaron en ganar.

La propuesta de la Cepal para superar esa dicotomía consiste en lo que se dio en llamar industrialización sustitutiva, es decir, los países de la periferia deberían entrar en un rápido proceso de industrialización para sustituir importaciones, así, los recursos invertidos en la importación deberían invertirse en la adquisición de maquinaria y tecnología moderna para la producción manufacturera. La estrategia Cepalina era más amplia y recomendaban un proceso de redistribución de la tierra, reforma educativa y la integración de mercados con economías complementarias. Todo esto debería estar orientado a la generación de un mercado de consumo interno lo suficientemente vigoroso para estimular la producción industrial interna.

La ausencia de una clase empresarial sólida y la falta de apoyo de los sectores populares, más la lógica de los mercados transnacionales, hicieron fracasar esta teoría que parecía muy consistente. El enfoque de la Cepal, después de 70 años de haber surgido, del núcleo principal de sus ideas ya no queda nada; ahora, con los procesos de globalización, su enfoque está más orientado a resolver problemas de equidad e innovación tecnológica, sin hacer propuestas que establezcan las formas de cómo deben lograrse tales propósitos. Hoy en día, la Cepal solo nos cuenta los efectos de la crisis, dejándonos huérfanos de la explicación del origen y solución de los problemas que nos aquejan.