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Los cuatro jinetes del apocalipsis (2)

Se refiere a un comunicado de la Pastoral Social/Cáritas sobre cuatro desafíos (jinetes) calificados de retos apocalípticos, presentes en ocasión del ambiente político prevaleciente por las próximas elecciones generales.

La Pastoral en su Visión se declara como “una Iglesia que incide en los procesos históricos de transformación… su deseo es contribuir... para que nuestros países cuenten con sociedades solidarias, justas, democráticas pluralistas y participativas, donde cada hombre y mujer tengan una vida digna, satisfechas sus necesidades básicas, cuiden y usen sosteniblemente los recursos de la creación para el bien común”. De hecho, una perspectiva noble y humanitaria de la Iglesia, tan necesaria para el bien de la mayoría del pueblo hondureño sumergido en la pobreza, donde todo es importante y necesario para alcanzar ese digno existir que merece el ser humano y no paliativos de subsistencia como lo que actualmente se hace.

Esa posición social de la Iglesia es acorde con lo que corresponde hacer a los conductores de la nación, mandato otorgado por el pueblo con su voto; que lo anterior lo cumplan a cabalidad o que parte de ellos se aprovechen de esa disposición para sus fines particulares o partidarios -esa es otra situación- de lo cual en esta gestión gubernamental se tiene conocimiento de muchas acciones con ese objetivo, pero la historia no se borra con discursos demagógicos y montajes escenográficos como acostumbra una parte del sector político en sus promesas de campaña.

En ese sentido es oportuno el segundo jinete apocalíptico señalado en el comunicado, la existencia de “un sistema de pactos nefastos”, la institución católica exterioriza que estos pactos conducen a la toma de decisiones en el Congreso Nacional que dejan “…un mal sabor de boca”, refiriéndose directamente a la escogencia de los miembros de la unidad que fiscaliza el financiamiento de las campañas políticas, cuando previo a su elección para integrar este ente oficial clave para combatir la corrupción en el proceso electoral “…días antes se sabía los nombres de los nuevos funcionarios, producto no de una elección sino del cabildeo… con un ganador y también como siempre un perdedor, la ciudadanía”.

Siguiendo la línea de Cáritas se pone en duda si esta nueva unidad u otras que sean así elegidas tengan plena libertad en la toma de decisiones sin injerencia de los partidos. También se denuncia que “…las fuerzas políticas representadas en el Congreso modificaron el contenido original de la ley presentado por la Maccih…” Recuerda la Pastoral que “…los intereses inmediatos tuvieron mayor peso en estas decisiones, que de no controlarse llevarán seguramente a crear condiciones de inestabilidad… ¡tanto va el cántaro al agua que por fin se quiebra!”, recalca en clara advertencia de lo dañino de estas acciones.

Lo denunciado por la Pastoral involucra un caso específico, pero se han presentado hechos más perjudiciales al interior del Congreso, como cuando se atenta contra la libre expresión del pensamiento y se dejan de aprobar leyes importantes. Asimismo al alterarse contenidos de lo aprobado, tal lo acontecido con las penas para corruptos, que fueron disminuidas mediante una reconsideración al acta anterior, con presencia total de diputados oficialistas, mínima de los opositores y la ausencia del consultor experto en derecho penal, contratado por la comunidad internacional para ordenar la justicia hondureña, ni este hecho de repercusión externa impidió tan nefasta decisión, a pesar de que es en el exterior donde se busca la inversión que necesita el país.

Esto es consecuencia de la subordinación de este poder del Estado, donde cierto sector del Congreso ha perdido su papel de representante del pueblo convirtiéndose de hecho en un servidor de intereses partidarios, situación inquietante para la estabilidad social, económica y política del país