Columnistas

Los pecados de la rectora Julieta Castellanos

En Honduras, las cosas no suceden como se esperan, cada día que pasa, en un mundo al revés como el que vivimos, los hechos positivos se vuelven contraproducentes y el empeño por hacer bien las cosas por parte de algunos funcionarios se vuelven pecados por los cuales se juzga a sus autores.

Por primera vez, en el 2009, la elección de la persona que tendría a cargo la rectoría de la máxima casa de estudios recayó en una persona cuyas ejecutorias estaban ligadas al mundo académico, sin militancia política conocida y sin el apoyo de grupos que en el pasado entraban en el juego de distribuirse el poder en la institución.

Casi siempre la UNAH fue parte del reparto del poder de los políticos.

Con el golpe de Estado, Porfirio Lobo, como presidente de la República, por presiones internacionales nombró una comisión de la verdad que preparó un informe para develar las causas de los hechos ocurridos en esos acontecimientos, la rectora es nombrada en esa comisión, acompañando a personalidades nacionales y extranjeras.

Ese hecho no fue bien visto por los grupos que conformaban la llamada resistencia nacional, antesala de lo que es hoy el Partido Libertad y Refundación (Libre), ellos, los de la resistencia, nombraron su propia comisión de la verdad, y en aquellas condiciones la rectora Castellanos aparecía como oficialista, concepto que en aquel momento era una suerte de pecado al aparecer ligada al gobierno de turno.

Por una decisión gubernamental, la administración del Hospital Escuela Universitario pasó al control de la UNAH, lo que implicó un giro en los temas que tienen que ver con compras, disciplina laboral y cambios en el personal directivo del mismo.

Ese hecho generó mucho descontento, sobre todo en el personal acostumbrado hacer las cosas sin ningún mecanismo de control. Todavía existe ahí en esa institución hospitalaria un sentimiento adverso a las nuevas autoridades.

Se buscó darle un giro a la institución universitaria con un nuevo concepto de responsabilidad laboral, generando mecanismos de control que obligaran a los trabajadores a cumplir con los horarios de trabajo, recibir cursos de actualización y protección de los bienes públicos. No es casual que en el presente movimiento de protesta hayan sido los relojes marcadores los que más daño sufrieron.

Otras actuaciones en los cuales la rectora se vio involucrada han sido los temas relacionados con la comisión nombrada para informar sobre los hechos que han venido ocurriendo en la Universidad Nacional de Agricultura de Catacamas.

Tema importante ha sido el papel desempeñado por la funcionaria universitaria en lo concerniente a la depuración de la Policía.

Si se quiere buscar las causas de lo que ha venido ocurriendo en la UNAH con las protestas del MEU, habría que investigar a fondo esos hechos, mismos que como pecados originales han contribuido para que los demonios de toda condición se hayan unido para generar espanto a las actuales autoridades universitarias.

Durante todo el movimiento de protesta estuvieron presentes las causas que como pecados señalamos y todavía siguen haciendo ruido.