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El candidato político y su rol depurador

La posición del candidato político ante su partido y los ciudadanos está subordinada al rol específico de dar el ejemplo, siendo coherente entre lo que dice, hace y permite. ¿Cuál candidato político miente? El que habla de transparencia, pero permite que en su partido hayan candidatos y candidatos con posibles actos reñidos con la Ley.

El candidato político tiene el rol específico de dar ejemplo, principalmente en una campaña política, no criticando a su contrincante, o dando a conocer propuestas o el mejor discurso, sino siendo determinante y coherente, al depurar las planillas de su partido de toda la suciedad.

El rol del candidato político de ser un depurador de sus planillas radica en su conducta, que se halla influida por si conoce o no a sus acompañantes de fórmula, pero como no conocerlos, también por su motivación para depurar, y si en verdad no quiere depurar, y además, por sus actitudes hacia él mismo y hacia los demás, como, por ejemplo, mentir hablando de transparencia, pero seguir rodeados de potenciales delincuentes en sus planillas partidarias.

Si personas corruptas o ligadas a actos delictivos o crimen organizado han penetrado la vida cotidiana de los partidos políticos, también se ha afectado la vida cotidiana de cada ciudadana o ciudadano que en su aspiración de bienestar y desarrollo acude a las elecciones para escoger a sus autoridades.

Ante un problema importante de partidos políticos minados con posibles delincuentes se quita tranquilidad a la ciudadanía, pero también gran parte de la opinión pública comete el error de asumir la solución al problema con reformas electorales, al menos para este año de elecciones generales 2017 no se quieren más reformas, porque ya tenemos la reforma electoral más revolucionaria de los últimos tiempos.

La Ley de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización de los Partidos Políticos y Candidatos, en el argot popular conocida como Ley de Política Limpia, ya controla el financiamiento de los políticos y es una forma de depurar los partidos políticos promoviendo el dinero limpio en las campañas; ya es un marco jurídico que si los candidatos políticos asumen su rol de depuradores de sus planillas, los frutos para los sagrados intereses del país estarán más cercanos.

Hay que proteger el actuar en la aplicación de la Ley de Política Limpia, porque es una ley anticorrupción, hay que dejar de cuestionarla y salvaguardarla de todos sus enemigos naturales, algunos políticos sucios y mentirosos que navegan con bandera de transparencia, pero que en sus partidos políticos permiten llevar candidatas y candidatos no transparentes.