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¿Qué saber del joven que no vota?

Lograr militancia y liderazgo joven en los partidos políticos es un aliciente y síntoma de fortalecimiento institucional partidario, más aún cuando lenguaje de jerga popular es que “a los jóvenes no les interesa la política”.

Desde la perspectiva del electorado, un enorme porcentaje de jóvenes elige no votar, divergente al matiz de partidos políticos que, logrando formidable participación y activismo juvenil, mitigan el abstencionismo. Plena satisfacción lograrían los partidos políticos si además de promover activismo político juvenil consiguen que los jóvenes voten, ya que este es un segmento de la población tan especial al que no puede tenerse si no se le sabe llegar.

Hoy los partidos políticos luchan por transparencia y rendición de cuentas y llevan a los candidatos a ser emprendedores, capaces de diseñar tal programa electoral que afecte al votante joven para aumentar su interés político.

Pero, ¿qué saber de los jóvenes que no votan? Al enfrentarse con varios problemas en la búsqueda de satisfacer sus necesidades, desarrollan una serie de actitudes desfavorables hacia la política porque no la ven como un medio para compensar sus carencias, pero se convierten en una oportunidad y un reto para los partidos políticos.

Los jóvenes que no votan olvidan discursos, obras y más, pero nunca olvidan lo que se les hace sentir. Se debe hallar la verdadera fuerza del poder, que logren el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo porque son eficientes, les gusta que la política no les aburra, pero que tampoco les entretenga con peleas donde sobresale solo lo negativo.

Los jóvenes que no votan son versátiles, discurren entre lo inmediato y lo trascendente, piensan rápido, quieren cosas nuevas, y como ahora tienen más criterio observan al político, pero también a los críticos de trincheras.

Para esta elección habría más de 500 mil nuevos jóvenes habilitados para votar, deseamos que todas y todos vayan a votar el 26 de noviembre. Sabremos qué decidieron esta vez.