Columnistas

¿De la vida alegre?

Diario EL HERALDO nuevamente ha realizado un reportaje investigativo in situ, revelando interioridades acerca de la prostitución femenina en la capital, revelando la sordidez, violencia y frustración en que cotidianamente transcurre la existencia de las mujeres que trafican con su cuerpo.

¿Por qué lo hacen? No existe una única causal, pero un factor omnipresente es el desempleo, la falta de oportunidades salariales decorosas, el bajo nivel educativo de la mayoría de féminas dedicadas a esa actividad, que en buen porcentaje han llegado a Tegucigalpa procedentes del interior del país en calidad de migrantes en búsqueda de expectativas de mejoría económica que no llegan a concretarse, provocando angustias existenciales.

Y esa indefensión es aprovechada por traficantes del sexo para inducirlas a prostituirse, incluyendo a menores de edad, introduciéndolas a un submundo en que prevalece el acoso por parte de proxenetas, policías, clientes, al igual que la marginalidad y rechazo social que experimentan, así como las dificultades en atención sanitaria recibida en centros de salud estatales.

Y pese a ese cúmulo de adversidades, algunas de ellas logran, mediante los ingresos percibidos, educar a su prole, aun siendo madres solteras con hijos engendrados por diversos padres. Su instinto maternal no claudica a despecho de transcurrir su vivir en ambientes hostiles que las estigmatizan y violan, de diversas maneras, sus derechos humanos.

Es positivo enterarse de la existencia de la Red de Trabajadoras Sexuales de Honduras (Redtrasex) que procura organizarlas, divulgando entre ellas los derechos civiles y garantías constitucionales que poseen en calidad de ciudadanas.

También debería impartir cursos de aprendizaje de oficios varios que les permitan escapar de la espiral y laberinto en que sobreviven para así dedicarse a otras actividades distintas a la que ejercen.

La legalización y reglamentación de la prostitución continúa siendo un tema altamente polémico, que encuentra tanto apoyos como rechazos, con argumentos a favor y en contra. Un anteproyecto de ley presentado ante el Congreso Nacional por la Redtrasex continúa engavetado, sin ser sometido a consideración del pleno legislativo.

Enfermedades de transmisión sexual, adicción al alcohol y drogas, baja autoestima, ansiedad y depresión, son algunas de las patologías que experimentan estas compatriotas, sin recibir tratamientos ad hoc, permanentes y adecuados por parte de los entes públicos especializados en prevención y cura.

Un subtema en esta compleja y dramática realidad es la de nuestras compatriotas sujetas al tráfico de personas en prostíbulos guatemaltecos y mexicanos, convirtiéndose de hecho en esclavas sexuales, vía secuestro, chantajes, persecución e inducción a estupefacientes para doblegar su resistencia, carentes de documentación que acredite su calidad de migrantes en tránsito.

Coincidimos con el editorial de Diario EL HERALDO “Prostitución, una práctica infame” (4 de julio de 2017, p. 28) cuando afirma: “...La prostitución es más que un problema social que afecta a un segmento de la población, la mayoría de trabajadoras sexuales son mujeres, es un reflejo de la desigualdad, exclusión, pobreza, corrupción y decadencia que hay en nuestro país”.