Cartas al editor

Súper potencias

Tanto en los Estados Unidos como en Rusia se han presentado dos casos que nos indican que en estas súper potencias los que se atreven a ir contra el sistema son castigados de diferentes maneras. El ex presidente Donald Trump es ahora, para el sistema judicial, el preso PO1135809. Fue fichado en Georgia por sus intentos de alterar los resultados electorales, lo que nos indica que en ese país el principio de igualdad ante la ley no es solo un eslogan, sino que una realidad absoluta. El día de las elecciones en las que Biden, actual presidente, salió vencedor en este mismo espacio publiqué un articulo titulado “Política y soberbia” y pronostiqué que en ese día Trump cosecharía lo que había sembrado con su arrogancia, y así sucedió. El expresidente y ahora imputado cometió una serie de actos que lo han conducido a la situación actual, pero lo que nunca le perdonarán fue haber atentado en contra del sistema en que viven los norteamericanos, y el 6 de enero del 2021 al parecer fue quien ordenó y financió actos vandálicos que cobraron la vida de personas y hubo severos daños estructurales, pero sobre todo a la moral de un país que se supone le dio el más alto honor que un ciudadano puede recibir.

Por su parte, el jefe de los mercenarios de Wagner, Yevgueny Prigozhin, murió al estrellarse su avión sobre la región rusa; diversas fuentes, no identificadas, añaden que el avión no fue derribado con un misil tierra-aire sino que pudo tratarse más bien de una bomba que explotó en su interior. Hace unos meses lideró un grupo de mercenarios que logró llegar hasta Moscú en un motín en contra del presidente Putin, algo inaceptable para un dictador que habrá visto tal acción como una trompada a su gestión, algo muy parecido a lo que sucedió en la ciudad de Washington.

Ahí tenemos dos claros ejemplos de cómo se aplica la justicia en las dos súper potencias mundiales. Hechos que la historia así lo ha registrado.