Cartas al editor

Saludar con varios sombreros

Los sombreros se usan para esquivar el sol o el frío. Los campesinos no pueden prescindir de ellos; no son meros objetos superficiales, decorativos o ridículos. Se usan también, o se usaron, para saludar, para halagar, para molestar. Al saludar a alguien hay que tomar el sombrero con la mano derecha, quitarle enteramente de encima de la cabeza y, de modo que sea cortés, extender el brazo hasta abajo, teniendo el sombrero por el borde y dirigiendo hacia fuera el lado que debe cubrir la cabeza, sostiene la teoría de buenos modales.

Ahora bien, me refiero a que muchos en esta nación debemos de usar varios sombreros para solventar problemas de cualquier índole, no se debe conformar con saber una sola técnica, demostramos ser unos alumnos apropiados, cuando la ocasión así lo amerita, desarrollamos papeles sobresalientes y carismáticos, podemos ser fotógrafos, conductores, obreros de la construcción, animadores, practicantes de mecánica, conserjes, albañiles, abogados, filósofos, periodistas, comerciantes, también programadores de páginas web en su versión online.

Hay quienes son del criterio: “pues puede que al saludar con varios sombreros se quiera quedar bien con todos (lo cual es difícil), en el peor de los casos es un oportunista y poco confiable y anda tras la movida o procurando sus intereses”. Pero hay visiones encontradas, “decir que el hombre no debe depositar los huevos en una sola canasta y que la realidad supera la ficción, no puede ser un personaje ficticio en la vida real.” Bailábamos tan bien como cualquiera de los distinguidos.

Debemos ser actores, pero sin máscaras y sin trajes porque el espectáculo de la vida entre la risa y la burla debe continuar. Tomar decisiones con base en el correcto conocimiento da los mejores beneficios. Cada uno de nosotros tiene su panteón de sueños, privado, inadvertido, elemental, pero que obra en secreto.