Cartas al editor

Indiferencia ante el dengue

Constantemente escucho en los medios de comunicación los llamados que hacen a observar las medidas de prevención y destrucción de los criaderos de zancudos por el alto número de enfermos de dengue que se están registrando en varias regiones de el país.

Tristemente, esos llamados no son escuchados por la población, principalmente aquellos que creen que esa enfermedad nunca les pegará a ellos.

En Semana Santa visité a mis padres en el departamento de El Paraíso y me quedé asombrada de la indiferencia de las personas ante esta enfermedad, a pesar de que en ese departamento se han registrado ya hasta muertos.

La gente no entiende que una de las medidas más efectivas es destruir los criaderos de zancudos y mantener limpios los solares.

Usted ve que tiran las botellas y las bolsas de agua en la calle, que mantienen sus entornos sucios, y no sabría decirle si adentro de sus hogares es igual, aunque no lo dudo, porque si no se preocupan por mantener limpio afuera, qué podemos esperar.

Lo grave es que de no seguir todos las recomendaciones de las autoridades sanitarias de nada servirá que usted haga esfuerzos para tener su casa y sus alrededores limpios.

Y lo más grave es que usted no puede hacer ni decir nada al respecto, porque lo consideran un insulto, una agresión.

Lo que preocupa es que personas de la tercera edad, como el caso de mis padres, ya no tienen la fuerza física para ir a la calle a recoger basura o cortar la maleza que crece libremente en los solares baldíos.

Ante la indiferencia de las personas, me atrevo a sugerirle a las autoridades municipales que tomen acciones, apliquen multas a las personas que lancen basura a la calle y que mantienen sucios sus entornos, que manden ellos a limpiar los solares y multen a los dueños. En este país solo las multas movilizan a las personas, lastimosamente.