En Tegucigalpa, la capital de Honduras, hemos tenido un sinnúmero de alcaldes de diferentes profesiones, desde profesoras hasta neurocirujanos, y, en la actualidad, un periodista que ya lleva dos años de su período de cuatro en los que su gestión puede ser calificada de regular. Pero también hemos tenido dos distinguidos ciudadanos que involucrados en el rubro de la construcción gobernaron la ciudad con éxito pues su experiencia profesional y laboral les permitió hacerlo de una forma visionaria: me refiero a Henry Merriam (1975-1978) y Nasry Asfura (2014-2022).
Ya se barajan nombres de hombres y mujeres que aspiran a ser alcaldes o alcaldesas para las próximas elecciones, lamentablemente, que ya han participado en otros cargos de elección popular sin mayor suceso.
En ese sentido y tomando en cuenta la cantidad enorme de problemas que afectan a la capital se requiere que los electores razonemos el voto y elijamos en el 2025 al alcalde ideal que no vaya a improvisar al cargo sino que de acuerdo con su experiencia profesional dé respuesta a los mismos de forma eficiente.
En ese sentido, el Partido Republicano de Honduras que preside José Arturo Vides presenta una propuesta muy interesante, me refiero al arquitecto Carlos H. Salgado, graduado en Monterrey, México, con maestría en gestión, diseño y planificación de proyectos con enfoque en la innovación del producto (España) y una especialidad en asentamientos populares en Bolivia; con 44 años de ejercicio profesional, es expresidente del Colegio de Arquitectos de Honduras y excatedrático universitario.
Sin duda, un profesional como él es, en serio, alguien para considerar para ser un alcalde ideal para Tegucigalpa, pues tiene más que decir y en una segunda entrega la próxima semana en este mismo espacio ampliaremos sobre un profesional que supera a los demás por sus conocimientos, principios y conocimientos académicos.
