Cartas al editor

Bondades y virtudes

En el trayecto de la vida se nos presentan diferentes etapas, pero hay una en específico que debemos aprovechar, que cuando estamos en ese nicho, aunque no sepamos qué queremos, debemos hacer todo lo que podemos, el mundo lo pueden cambiar los buenos guiados por los sabios.

Navegan sin rumbo las mentes a quien un día les tocará recibirnos el futuro, aquellos que tienen sus pensamientos nublados pues no saben quienes son, ni lo que quieren, estos soñadores han dejado de soñar, sus bondades y sus virtudes no saben como fundirse, no quieren ya devorar el éxito, les asusta escalar para tomar de la fuente del conocimiento, se ofuscan con sus rutinas, y quieren ir siempre muy de prisa; juventud esa que muchas veces se nos pasa sin darnos cuenta, esa que solo la tenemos una vez en la vida, ese mar de emociones donde las olas nos traen muchas alegrías y también nos revuelca la tristeza, siento desde mi experiencia que no hay jóvenes malos, mucho menos sin talento, solo los hay desorientados y olvidados por una sociedad que se olvida que son ustedes los encargados de ahora forjar los sueños que nosotros dejamos inconclusos, en ustedes tiene que reencarnarse la esperanza, son ustedes los jarrones que están llenos de bondades y virtudes, ustedes son los que se deben de embriagar de cultura, de abrazarse con el conocimiento y ponerse el sombrero de la perseverancia, se han puesto a pensar que un día sin darse cuenta, llegarán a convertirse en adultos, y es allí donde muchas veces la vida nos ancla por las ocupaciones y poco o nada nos deja avanzar, los padres no son eternos, y el mejor escudo para enfrentar esta etapa es el de la educación, a su vez esta es el mejor antídoto para vencer cualquier miedo.

Solo hay un camino para cambiar el mundo, primero cambiar nosotros, educarnos para que nuestra mente se abra, y hacer con amor todas nuestras labores, todo lo que hacemos con este elemento siempre dejará raíces para un mejor porvenir, salgan pues ustedes los jóvenes a hacer de este mundo mejor a demostrar que pueden dar frutos de virtud en un desafortunado mundo.