Cartas al editor

La literatura trascendente

A lo largo de la historia los grandes autores han plasmado sus escritos en piedra, pues en la literatura lo bueno no pasa de moda, sino por el contrario, sirve de modelo para que otros escritores inspiren sus obras, pues la visión que tienen ellos al momento de redactar trasciende con el tiempo y así como la biblia, se amoldan perfectamente a la realidad actual.

El colombiano Gabriel García Márquez en su obra cumbre “Cien años de soledad” plasmó una tierra donde hubiera equidad social, hizo ver que las pasiones del ser humano nos pueden llevar al incesto, eso, entre otros temas. Cuando en Colombia explotan las manifestaciones dicen que pelean porque quieren un cambio, porque la vida está cara y sus hijos no pueden obtener educación pública de calidad, y en Suramérica, el movimiento LGBT es una voz que está haciendo ruido.

En “El señor Presidente” y “Prisión verde”, Asturias y Amaya Amador narran la historia de cómo las bananeras con favores de los gobiernos locales expropian las tierras, explotan los trabajadores y los casos de corrupción están a la vuelta de la esquina, y en Latinoamérica actualmente la corrupción se ha puesto muy de moda. Longino Becerra en “Cuando atacan las tarántulas” narra los sucesos del proceder militar, cómo desaparecen la gente y que no se puede estar en contra del régimen porque si no tu vida está en peligro.

Y, finalmente, uno de los poetas vivos, aunque leído por pocos, pero conocedores de la buena literatura, el maestro Óscar Espinal, del departamento de Letras de la UNAH, un personaje con muchos conocimientos, no solo en literatura, en uno de sus poemas nos cuenta la historia del Cardemal y cómo los religiosos han hecho también de las suyas en contra de su pueblo, una dura crítica para mí, al estilo de Baccaccio en el Decamerón, aunque Espinal es tan humorista con el sarcasmo. Y por eso los que nos hemos ilustrado por el camino de las letras, los que tenemos criterio, somos los que seguiremos contando la realidad con un enfoque que va más allá de lo actual, demostrando que la buena literatura es pensada en las masas.