Cartas al editor

Tolerancia y humildad

Tomó posesión de su cargo el 46º presidente de los Estados Unidos, el veterano político Joe Biden, de 78 años, cuya personalidad es totalmente diferente a la de su antecesor Donald Trump. De su discurso inaugural resalto dos términos importantes: tolerancia y humildad, que sin lugar a dudas son dos cualidades que deberían tener todos aquellos(as) que aspiran a regir los destinos de
una nación.

El nuevo presidente es un hombre sabio, no por sus méritos académicos, sino más bien por su experiencia que data desde hace muchos años en la actividad política, lo que le permite tener una personalidad serena y ecuánime. Nada que ver con Trump, quien siempre “tenía la razón hasta cuando se equivocaba” y que fue una persona de carácter impulsivo y hasta inmaduro en alguna medida, por lo que algunos le llegaron a calificar como un niño malcriado que hacía berrinches cuando las cosas no le salían de la forma que él quería. El último fue la invasión que de manera subliminal incitó para que sus partidarios la llevaran a cabo en el Capitolio.

La tolerancia es un valor moral que implica el respeto íntegro hacia el otro, hacia sus ideas, prácticas o creencias, independientemente de que choquen o sean diferentes de las nuestras. Eso significa, como decía mi padre, saber escuchar a los demás, no ser una persona autosuficiente que no necesita del apoyo de nadie para alcanzar una meta.

La humildad es una característica que consiste en tener conciencia de nuestras virtudes y defectos y obrar de acuerdo a ellas. Es una virtud moral contraria a la soberbia.

La soberbia y la política no combinarán jamás. Tal y como lo dije en un artículo publicado el 3 de noviembre en el que pronostiqué anticipadamente la derrota de Trump. Este año los hondureños que somos humildes por naturaleza escogeremos a los candidatos que en noviembre serán los que participarán en una elección general de la cual saldrá el próximo presidente(a) que nos gobernará. Al igual que en los Estados Unidos, necesitamos un cambio pues también hemos sido demasiado tolerantes con una clase política que debe irse ya.