El presidente del Partido Liberal, Luis Zelaya, tuvo razón al visitar el Estado Mayor luego del veredicto en Nueva York y pedir que las Fuerzas Armadas realicen su trabajo.
Y que en Honduras se le sugiera al presidente “su renuncia” luego de las serias acusaciones vertidas en su contra por los testigos del caso más sonado de los últimos tiempos en el cual nuestro país y la actual administración quedó muy mal parada ante la opinión pública nacional e internacional.
Otros personajes públicos también le han sugerido lo mismo al mandatario o en su defecto que solicite un permiso para aclarar la situación lamentable en la que ha caído
su imagen.
Como era de esperarse, algunos cuestionaron la acción del expresidenciable Zelaya Medrano y dijeron “que era una vergüenza tal acción para el PL”, se rasgaron las vestiduras en público. Como las cosas se toman de donde provienen debemos reconocer que estos comentarios lo hacen aquellos que literalmente le lustran los zapatos al gobernante de turno a cambio de contratos de publicidad, lo mismo harán con el próximo que venga, total, ellos no son patriotas sino que “pisteros”.
En Bolivia, el general Kalimán de las Fuerzas Armadas de ese país hizo lo que tenía que hacer para que de una vez cesara el abuso de poder y la permanencia ilegal en el poder y llegara a su fin la tiranía por parte de aquel que ya le había gustado quedarse en él.
En Honduras en los momentos actuales se requiere que sus mejores hijos, hombres y mujeres emulen la acción que realizó Luis Zelaya, pensando en el bienestar de su país primero, se requiere que todos asumamos un compromiso con Honduras real, alejado de intereses mezquinos.
Cuando el sistema judicial -que es un pilar fundamental para las democracias- falla, es el momento que la Fuerzas Armadas sin temor cumplan con su deber. Así lo espera
la patria.
