Cartas al editor

La razón del corazón

En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33. Muchas veces en la vida nos preguntamos el por qué Dios permite ciertas cosas, ciertos dolores, si Él es todopoderoso. Nos hacemos interrogantes como ¿por qué Dios permitió la muerte de un ser querido? ¿Por qué dejó que mis padres se separaran? ¿Por qué deja que me hunda en el dolor de la soledad? ¿Por qué llegó esta enfermedad crónica a mi vida? Por qué no me puede dar esto o lo otro y miles de por qué más.

Hoy en día como jóvenes buscamos olvidarnos por un momento del problema que nos lastima. Pero entendí que más allá de los vicios, más allá del alcohol, hay una persona tratando de olvidarse de los flagelos y de las malas decisiones que ha tomado en su vida. Más allá de un drogadicto hay una persona buscando situarse en el pasado para mantener en su mente las voces de sus padres cuando aún estaban juntos. Más allá de alguien que es un abusador en el colegio, por dentro hay alguien librando miles de batallas emocionales que se disparan violentamente de su padre hacia su madre en casa. Hay personas que buscan su reducto en el sexo. Y nos vamos escondiendo en lugares equivocados con personas equivocadas buscando una corta y falsa felicidad para al final del día contar con nuestros dedos los escasos días de felicidad que hemos tenido.

En algún momento de la vida nos quejamos o le hacemos la interrogante a Dios sobre nuestra necesidad. Queremos una explicación sobre el por qué pasamos ese dolor cuando éramos tan solo unos niños y que hemos ido arrastrando ese momento áspero durante toda la vida y que evidentemente eso nos quitó el aliento y la paz en nuestra vida. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Es lo que dice el libro de Romanos 8:28.

Así que déjame decirte que hay un propósito para las soledades que pasaste. Dios sabe por qué permitió la muerte de ese ser amado. Fue plan de Dios que vivieras donde vives. Lo entenderás algún día si dejas que Dios entre en tu corazón..