Cartas al editor

Honor a quien merece honor

Permítaseme dirigir unas palabras para una gran mujer hondureña, quien se ha dedicado muy denodadamente a la lucha del flagelo del cáncer. Me refiero a la doctora y, por qué no decirlo, maestra Flora Duarte, a quien el honorable Congreso Nacional en la sesión realizada en Gracias, Lempira, el 9 de julio de este año le concedió el merecido reconocimiento Identidad Nacional 2019.

El presidente del honorable Congreso Nacional expresó que la doctora Duarte “acerca su corazón y abre sus manos para abrazar a miles de pacientes, a los que ha brindado su calor y su conocimiento, cuya trayectoria ha sido signada por el empeño de luchar por la prevención y el combate de patologías complejas como el cáncer, a lo que ha dedicado estudio y trabajo con un empeño y perseverancia paradigmáticos”.

La doctora Flora Duarte inició su labor a través del servicio social necesario para culminar su carrera de Doctora en Medicina y Cirugía en el año de 1963 en Lepaera, ubicado en el departamento de Lempira. Lepaera es un pueblo rodeado de muchos bosques y emplazada al pie de la montaña de Puca, habitada principalmente por indígenas lencas, toltecas o chortíes. Desde entonces han pasado 56 años de una gran labor profesional médica.

Después de haber obtenido su título en la Universidad Nacional Autónoma, se dirigió al extranjero para hacer los estudios de Medicina Interna, Hematología y Oncología, siendo la primera mujer hondureña en esas especialidades.

La doctora Flora Duarte es fundadora y directora del Centro de Cáncer Emma Romero de Callejas, desde donde ha ejercido su lucha incansable contra este flagelo del cáncer. A través del Centro ha lanzado su lucha a los diversos departamentos de su querida patria para erradicar el cáncer.

El cáncer, en todas sus fatídicas modalidades, ha incidido negativamente en el pueblo hondureño, causando grandes estragos en las personas y familias del país.