Cartas al editor

Analizando a un político

Se ha detenido alguna vez en la vida a analizar por qué la palabra político siempre está ligada a la palabra corrupción. Aquí cabe otra gran interrogante, si la persona corrupta se hace o se nace.

Los que somos padres de familia y hemos presenciado el nacimiento de nuestros hijos nos damos cuenta inmediatamente que son criaturas inocentes e inofensivas con tanto que aprender en la vida, por lo mismo me atrevería a decir que el corrupto se hace, pero si esto es así, la lógica diría que su educación inicia en casa y fue pionera fundamental para que el político de nuestros días sea corrupto.

Muchos políticos provienen de cuna de oro donde en la vida no les hizo falta nada, estudiaron en escuelas bilingües y se codearon con gente de mucho dinero, en la vida jamás sufrieron hambre y nunca les costaron las cosas, ya que estuvieron acostumbrados a solamente pedirlas. ¿Será que sus padres tuvieron la culpa en no inculcarles principios y valores y temor a Dios? Ya que estos una vez crecidos y metidos en política se convirtieron en delincuentes de cuello blanco.

Otro porcentaje, aunque mínimo, provienen de una vida no tan sustentosa y pasaron más de alguna vez limitaciones y sacrificios, por una u otra razón o queriendo escapar de su miseria fue que se involucraron en la política y una vez adentrados en la misma sucumbieron ante el monstruo de mil cabezas llamado corrupción.

Qué pesar que quienes podrían cambiar nuestro país no lo hagan, pero lo que sí todos tenemos claro es que el político roba, no importa qué color es o si el partido es nuevo o es viejo.

Jorge Fajardo/Tegucigalpa