En cualquier país del mundo, y más en aquellos que se creen “desarrollados”, se aprovechan de los ciudadanos que van de los países más pobres.
El caso de la hondureña que estaba trabajando en condiciones denigrantes en España no es único.
Son miles de mujeres que van a los dizque países desarrollados huyendo de la pobreza y cuando llegan a la tierra prometida se encuentran con seres humanos inhumanos, que se aprovechan de su vulnerabilidad para que ejecuten trabajos denigrantes. Muchas son prostituidas y lo más triste es que en este país hay una fiebre por viajar a España porque les han pintado España como la octava maravilla del mundo, mas no saben a lo que van. Tal vez viendo este caso reaccionen.
Pero si algo se debe rescatar es que al menos en países como España parece que las leyes se respetan y que cuando tienen una denuncia, como el caso de esta señora, actúan rápido.
Ojalá que a los responsables de tener trabajando a esta compatriota en condiciones denigrantes sean castigados y que el caso se publicite más para que las personas que están pensando en hacer ese viaje lo piensen bien, se aseguren de que las personas con las que van a trabajar les van a respetar sus derechos.
Pero a la par, las autoridades hondureñas deben tomar las acciones para mejorar las condiciones de miles de compatriotas que a diario luchan por llevar lo básico a sus familias. Si no se robaran el presupuesto de las instituciones públicas, si abrieran más fuentes de trabajo, la gente no tendría necesidad de irse de su país ni a Estados Unidos ni a ningún otro lado.
Karla Salvador
Tegucigalpa
