Cartas al editor

Matrícula de aves, un abuso

La inscripción de aves que está realizando el Instituto de Conservación Forestal (ICF) es un atentado para la economía de las familias pobres que tenemos como mascotas un pajarito.

Parece inconcebible que se les haya ocurrido “matricular” a las pequeñas aves que con mucho cariño y sacrificio estamos alimentando en nuestros hogares, y lo peor, que le cobren por hacerlo más de 300 lempiras.

A mí me parece que ese es un abuso que no tiene nombre.

Si solo querían hacer registro no debieron cobrar, pero no, lo que quieren es más dinero para el estado para gastar a manos llenas.

Hoy vi una anciana pagando lo que tenía por su precioso perico -que es lo que la acompaña- por miedo a perderlo. Me acerqué a ella y le pregunté porqué lo hacía y me dijo que no quería que el día de mañana llegaran las autoridades a quitarle su mascota.

No tengo dinero, pero debo asegurarme que no me la van a quitar, me comentó con una leve sonrisa.

Pensé que esta señora no tiene ni para alimentarse bien, pero sacrificó su alimento para cancelar la matrícula de su mascota.

Ante esto no me queda más que decir que son unos groseros. Más tarde van a querer cobrar por las pulgas de los perros, las garrapatas, la chinche picuda, el zancudo del dengue.

No les importa las condiciones económicas de la gente. Solo quieren tener ingresos, y qué bueno sería que se los devolvieran al pueblo con obras, pero no. Vaya usted a los hospitales y no hay medicinas, a pesar de todos los impuestos que recaudan.

Martha Cárcamo
Vecina colonia Kennedy