Opinión

Otra vez la hambruna

Aunque es lo mismo de todos los años, los anuncios de hambruna en comunidades del llamado “corredor seco” hoy llegan más temprano que de costumbre, ya que mientras muchos campesinos no han realizado sus respectivas siembras y el gobierno les pide a aquellos que no tienen sistemas de riego que mejor no lo hagan, los campesinos de Texíguat incluso ya perdieron sus cosechas por falta de agua.

Y es que, como lo explica el regidor municipal Lorenzo Sierra, “la población en la zona cultiva en seco, a la espera que llueva, pero solo hemos tenido una llovizna, razón por la cual los sembradíos se secaron”, asegurando que ya se perdió el 70 por ciento de los cultivos. Obviamente los recién creados sistemas de reserva no funcionan porque como no ha llovido no se han llenado.

Lo anterior pone de manifiesto la urgencia no solo de hacer los respectivos preparativos para disponer de los alimentos para que estos compatriotas no sufran hambre sino también de implementar acciones bien planificadas e integradas para atacar el fondo del problema: hacer que los habitantes de estas zonas con escasez de agua hagan un mejor uso de sus propios esfuerzos y los de la cooperación nacional e internacional.

La siembra prematura de este año, de cuya pérdida hablan las autoridades municipales de Texíguat, solo muestra que los campesinos de la zona no tienen una guía adecuada para la realización de sus actividades agrícolas, repitiendo todo los años el mismo error no solo de sembrar sin tener ni indicios de agua sino que el mismo tipo de cultivo y quizá hasta las mismas variedades que exigen grandes cantidades del vital líquido para rendir los frutos esperados.

Pero como incluso de lo negativo se puede obtener algo bueno, este permanente problema de hambruna en el llamado “corredor seco” bien puede servir para que tanto el gobierno hondureño como la cooperación internacional –incluyendo los mismos entes especializados de la ONU– lo conviertan en una zona piloto donde se experimente y se ponga en práctica acciones concretas para enfrentar con posibilidades de éxito el cambio climático que podría intensificar tanto las altas temperaturas como la escasez de agua en el futuro.

Por lo pronto, el gobierno y los cooperantes deben poner en marcha el correspondiente plan de ayuda para los habitantes de Texíguat y de cualquier otra comunidad en similares circunstancias, a fin de que por lo menos puedan satisfacer la más elemental de las necesidades de los seres vivos: la alimentación.

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