Migrantes buscan asilo para quedarse en Estados Unidos

El Servicio de Investigación del Congreso refiere que se necesitarían alrededor de mil jueces más para eliminar el atraso actual en los casos de migración

Casi 2.5 millones de personas cruzaron la frontera sur de EU en 2023. Migrantes cerca de San Diego, California.

jue 8 de febrero de 2024 a las 14:45

Por Miriam Jordan / The New York Times

Durante décadas, jóvenes solteros, principalmente de México y más tarde de Centroamérica, hicieron todo lo posible para burlar a los agentes fronterizos estadounidenses.

Hoy, personas de todo el mundo cruzan en masa la frontera sur de Estados Unidos. Pero la abrumadora mayoría ahora está buscando a los agentes fronterizos, en ocasiones esperando horas o días en campamentos improvisados, para rendirse.

Ser introducido a un vehículo de la Patrulla Fronteriza de EU y llevado a un centro de procesamiento no es un revés. De hecho, es un paso crucial para poder solicitar asilo —ahora la forma más segura para que los inmigrantes permanezcan en EU, incluso si, en última instancia, pocos ganarán sus casos.

$!Un soldado de la Guardia Nacional de Texas coloca alambre de púas a lo largo de la frontera entre EU y México en El Paso.

Vivimos en una era de migración masiva. Unos 6 millones de venezolanos han huido, el mayor desplazamiento en la historia moderna de Latinoamérica. Migrantes de África, Asia y Sudamérica están hipotecando las tierras de sus familias, vendiendo sus autos o pidiendo dinero prestado a usureros para embarcarse en viajes largos, a menudo peligrosos, para llegar a Estados Unidos.

En diciembre, más de 300 mil personas cruzaron la frontera sur, una cifra récord.

No es sólo porque creen que podrán cruzar la frontera de 3 mil 200 kilómetros. También están seguros de que una vez que lleguen a EU podrán quedarse.

Para siempre.

Y, en general, no se equivocan.

Estados Unidos está tratando de operar un sistema de inmigración con una fracción de los jueces, funcionarios de asilo, intérpretes y demás personal que necesita para manejar a los cientos de miles de migrantes que cruzan la frontera y llegan en masa a ciudades de todo EU cada año. Eso ha hecho imposible decidir rápidamente quién puede permanecer en el País y quién debe ser enviado de regreso a su patria.

“No conozco a nadie que haya sido deportado”, dijo Carolina Ortiz, una migrante de Colombia, en diciembre en un campamento a las afueras de Jacumba Hot Springs, California, cerca de la frontera entre Estados Unidos y México.

Para la mayoría de los inmigrantes, Estados Unidos representa la tierra de las oportunidades. Muchos vienen buscando trabajo y van a hacer lo que sea necesario para trabajar, incluso si eso significa presentar una solicitud de asilo débil, dijeron varios abogados.

Para calificar para asilo, los solicitantes deben convencer a un juez de que regresar a su país de origen resultaría en daño o muerte debido a su raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un grupo social en particular.

Ortiz, de 40 años, dijo que tenía la intención de solicitar asilo con base en la violencia en Colombia. Sus posibilidades de ganar son escasas, porque la violencia por sí sola no suele cumplir el estándar de persecución. Aun así, estará protegida de la deportación mientras su reclamo esté pendiente y calificará para un permiso de trabajo.

Ortiz, una enfermera, dijo que había pedido prestados “millones” de pesos colombianos (varios miles de dólares) para pagar a los contrabandistas que la llevaron a un hueco en el muro fronterizo defendido por el ex Presidente Donald J. Trump. Esperó dos días en el frío hasta que los agentes vinieron a llevársela.

Transportaron a Ortiz a un centro donde le entregaron documentos que decían que había ingresado ilegalmente al País, que había sido puesta en proceso de deportación y debía comparecer ante un juez de inmigración.

La fecha de la audiencia era el 19 de febrero del 2026.

Ortiz entonces fue puesta en libertad. “Quería hacer todo de la manera correcta”, dijo después de llegar a Colorado unos días después.

La mayoría de las solicitudes de asilo son rechazadas. Pero incluso cuando eso sucede, años después, es muy poco probable que los solicitantes sean deportados. Con millones de personas en Estados Unidos ilegalmente, los funcionarios de deportación dan prioridad a arrestar y expulsar a personas que han cometido delitos graves y representan una amenaza para la seguridad pública.

Casi 2.5 millones de personas cruzaron la frontera sur en el año fiscal 2023. Eso ha convertido a la frontera en un tema cada vez más polémico, para los Alcaldes y Gobernadores que lidian con grandes afluencias de migrantes, y para los líderes republicanos deseosos de echarle la culpa al Presidente Joseph R. Biden Jr. mientras hace campaña para la reelección.

Algunos dicen que tomar medidas enérgicas en la frontera no es suficiente.

“Los políticos quieren financiar agentes de la patrulla fronteriza, cercas y otros aspectos visibles de la vigilancia fronteriza”, dijo Doris Meissner, ex directora del Servicio de Inmigración y Naturalización de EU y ahora directora del Instituto de Política Migratoria, un grupo de expertos no partidista. “Pero hasta que no se refuercen los recursos para otras funciones de inmigración, el problema fronterizo no podrá resolverse”.

El Congreso de Estados Unidos ha aumentado los fondos para Aduanas y Protección Fronteriza, a 21.7 mil millones de dólares en el año fiscal 2023, contra 8 mil millones de dólares en el 2006. Pero los componentes menos visibles del sistema de inmigración no han visto una inversión proporcional. La escasez de funcionarios de asilo, jueces de inmigración y funcionarios de deportación tiene consecuencias de gran alcance.

En un sistema funcional, la mayoría de los migrantes que buscan asilo serían entrevistados en la frontera para evaluar si tienen un temor creíble de persecución si fueran obligados a regresar a sus hogares. Los inmigrantes que carezcan de un reclamo creíble pueden ser deportados rápidamente.

Cada día se realizan unas 500 entrevistas de este tipo —más que nunca. Pero a menudo llegan 5 mil o más migrantes cada día. La mayoría nunca es sometida a esa evaluación inicial. Son liberados con una fecha de audiencia en una ciudad, a menudo años después.

De acuerdo con la ley estadounidense, los solicitantes de asilo pueden permanecer en el País al menos hasta que concluyan sus casos.

En el 2012, había 300 mil casos de asilo pendientes en Estados Unidos. Hoy hay ese número tan sólo en el Estado de Nueva York. En total, más de 3 millones de casos languidecen en los tribunales de inmigración, un millón más que hace apenas un año.

El Servicio de Investigación del Congreso ha estimado que se necesitarían alrededor de mil jueces más para eliminar el atraso actual para el año fiscal 2032.

Si no se emite una decisión en 150 días, algo prácticamente imposible hoy, los solicitantes de asilo automáticamente se vuelven elegibles para una tarjeta de autorización de empleo.

El año pasado, sólo el 4 por ciento de los casos mexicanos, el 7 por ciento de los hondureños y el 29 por ciento de los venezolanos obtuvieron asilo.

Hasta hace unos años, Katy Chávez, abogada de inmigración en Carolina del Norte, recibía un puñado de llamadas al año de personas que buscaban solicitar asilo. Ahora recibe un par de docenas al mes.

“Llaman porque quieren su permiso de trabajo”, dijo. “Ni siquiera entienden qué es asilo”.

© 2024 The New York Times Company

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