Mejoran con bisturí dominio del masaje

Estudiantes de medicina todavía dicen que ver, tocar y sostener tejido humano real es mucho más instructivo que las imágenes o los modelos

Estudiantes diseccionan un cuerpo en un taller dirigido por Fauna Moore, masajista e instructora de yoga.

lun 29 de enero de 2024 a las 16:9

Por Danielle Friendman / The New York Times

Jane Sato pensó que entendía los músculos abdominales. Cuando enseñaba Pilates y yoga en Nueva York, les decía a sus alumnos que llevaran el ombligo hacia la columna para fortalecer su centro.

Pero cuando vio cómo lucían los verdaderos músculos abdominales durante un taller de disección de cadáveres en el Hospital Mount Sinai —el tejido entrecruzado, la forma en que los músculos también corrían de atrás hacia adelante y de arriba a abajo— se dio cuenta de que sus instrucciones podrían ser mejores. “Cuando lo ves en la vida real, tus señales cambian automáticamente”, dijo. Ahora, les dice a sus clientes que contraigan sus músculos centrales, “como un abrazo”.

Sato es una de los miles de profesionales del fitness que han buscado talleres con cadáveres para comprender mejor la anatomía y mejorar su enseñanza. En los últimos 20 años al menos una docena de cursos de disección han abierto —la mayoría fuera del sistema médico tradicional.

El entrenamiento de anatomía generalmente usa imágenes bidimensionales, modelos de plástico e incluso libros de anatomía para colorear, que pueden crear una imagen engañosa de cómo funciona el cuerpo.

“Están buscando más información”, dijo Rachele Pojednic, investigadora asociada del Instituto de Medicina de Estilo de Vida de la Universidad de Harvard. ¿Por qué no “dar a estos profesionales el mayor conocimiento posible?”, añadió.

Fauna Moore, instructora de yoga y masajista, comenzó a estudiar y luego a impartir disecciones después de sentirse decepcionada con la instrucción de anatomía que recibió durante su entrenamiento. Ahora dirige un taller en Charlotte, Carolina del Norte.

$!En los últimos años, los profesionales del fitness han buscado talleres con cadáveres para mejorar sus habilidades docentes.

Un día, cinco estudiantes se reunieron alrededor de un cadáver, bisturí en mano. En todos los casos, los donadores o familiares han donado el cuerpo para la enseñanza de estudiantes de medicina, fisioterapeutas o instructores de yoga. Diseccionar a un ser humano puede ser una experiencia discordante, dijo Moore, por lo que sugirió que los estudiantes le dieran un nombre al cadáver, una mujer de 75 años, en reconocimiento a su humanidad. Eligieron “Betty”.

Las nuevas tecnologías, como el software virtual 3D, han hecho que el cuerpo humano sea más fácil de estudiar —y, en opinión de algunos, han hecho innecesarios a los cadáveres. Pero los estudiantes de medicina todavía dicen que ver, tocar y sostener tejido humano real es mucho más instructivo que las imágenes o los modelos. Y conduce a una atención mejor y más compasiva, afirmó Jeffrey Laitman, quien ha dirigido el laboratorio de anatomía de Mount Sinai durante más de 40 años.

“Es una experiencia que da enorme humildad”, dijo.

En la sala de disección, Moore demostró cómo sostener correctamente un bisturí (“como una pluma”). Luego hizo el primer corte, en el muslo, mostrando cómo retirar con delicadeza una capa a la vez —primero la piel, luego la fascia blanca, luego la grasa amarilla brillante y así sucesivamente.

Los cursos varían desde alrededor de mil 200 dólares por un taller de fin de semana hasta alrededor de 4 mil 500 dólares por un programa de seis días.

Anna Kaiser, propietaria de dos estudios de cardio danza en NY y quien asistió al curso Mount Sinai en el 2012, dijo que la clase la hizo sentirse más capacitada para ayudar a las clientas en el postparto. Kaiser estudió el cuerpo de una donadora que había sufrido una cesárea y quedó sorprendida por cuántas capas de músculo abdominal fueron cortadas.

Ahora “puedo visualizar cómo luce eso”, dijo. “Es muy diferente a ver una imagen en un libro”.

© 2024 The New York Times Company

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