Inteligencia Artificial crea increíbles casas de fantasías

Por Amanda Hess/ The New York Times

Estaba navegando por Instagram recientemente cuando encontré una página nueva en mi feed: @tinyhouseperfect. Parecía diseñado para incitar mis anhelos frustrados de tener un espacio propio. Quiero tener una casa, pero no puedo comprarla. Pero ¿y si la casa fuera pequeña, y además perfecta?

Pronto estaba navegando por los rincones de lectura y las cocinas de chef de una casita con aire de duendes, una estructura en A gótica costera y una acogedora “casa del lago” en las Tierras Altas de Escocia. Había proyectado mi futuro a la costa escocesa, cuando me di cuenta de que la casa no existía. Cada una de estas casas había sido renderizada por IA. Había estado fantaseando sobre una fantasía.

No he ocultado a Internet mi obsesión por la propiedad de vivienda y la renovación. Por la noche deambulo entre Zillow y cuentas de Instagram de hágalo usted mismo, acechando los pasillos de casas que nunca visitaré. Ahora la inteligencia artificial ha irrumpido en mi fantasía doméstica, remodelando mis deseos para que encajen dentro de sus paredes fantasmales.

En los últimos años se ha materializado una economía de casas de ensueño de IA. Busque en Pinterest inspiración para decoración y lo encontrará repleto de recámaras artificiales. Y docenas de apps y servicios de diseño basados en IA ofrecen imágenes adaptadas a sus especificaciones.

Un juego de llaves de casa alguna vez fue sinónimo de éxito en Estados Unidos. Ahora, gracias a las elevadas tasas de interés, la oferta insuficiente y los propietarios corporativos que se apoderan de esa limitada existencia de viviendas, la propiedad de vivienda en Estados Unidos es más irreal que nunca. Las casas de IA hacen explícita esa irrealidad.

La IA y los algoritmos predictivos hacen que una casa de ensueño parezca haber sido construida sólo para uno. La casa del lago en @tinyhouseperfect parecía haber sido equipada para satisfacer mis gustos. Había una bañera con patas con accesorios en pewter, una banca de lectura junto a la ventana encantadoramente desordenada y una cocina pintada de un verde fresco. En lugar de gabinetes, había estantes llenos de bien proporcionados envases de vidrio con pociones y conservas.

Estaba lleno de toques de diseño sincronizados con los que llenan mis feeds en Instagram y Pinterest. El “gusto personal” que me atrajo en realidad era un gusto impersonal: una estética que domina mi navegación en Internet tan a fondo que da la sensación de que la seleccioné yo misma.

En “Filterworld: How Algorithms Flattened Culture”, Kyle Chayka describe “la geografía extrañamente sin fricción creada por las plataformas digitales” y “la sensación de vaporosidad e irrealidad” creada por la existencia de, digamos, cafés hipster apenas diferenciadas en todas las ciudades del mundo. Esta sensación carente de aire también ha invadido nuestra imaginación colectiva.

Incluso cuando las redes sociales y la IA nos inclinan hacia un megaestilo omnipresente, sus productos a menudo son vendidos como centros de creatividad. Un artículo en Architectural Digest sobre las herramientas de diseño de IA las describen como ofreciendo una “nueva perspectiva”. Pero gran parte de la decoración de IA que aparece en Instagram presenta las mismas imágenes extrañas: mantas líquidas, arte mural accidentalmente surreal, hogares iluminados con llamas inertes.

La casa del lago que codiciaba fue creada por Ben Myhre, un diseñador noruego que comenzó a crear arte conceptual arquitectónico con inteligencia artificial hace un par de años.

Dijo que había guiado el software a crear una “cocina acogedora y caprichosa en las hermosas tierras altas de Escocia”, una con “vistas de las ventanas a un vasto y pintoresco lago”. Pidió “detalles rústicos”. Y “nada de personas, ni animales”.

Yo no había comprendido totalmente el atractivo de su trabajo hasta que dijo esas últimas palabras; la fantasía es de espacios carentes de seres vivos. Hay una sensación postapocalíptica en la serie de imágenes tipo casa a la venta y su contraparte de IA. Las casas se sienten urgentemente abandonadas.

En la casa del lago no vive ningún ser humano, pero esto también se aplica cada vez más a las casas de ensueño reales. Muchos de los departamentos de lujo en Nueva York están vacíos. Algunos son adquiridos por los ultrarricos como activos. Existen para albergar a nadie, aún cuando gente duerme en las calles.

Las casas de IA representan viviendas liberadas de cualquier responsabilidad hacia seres humanos. Nada de refugio, sólo vibras.

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