Inglaterra limita tratamientos de género para niños

Este año se están ultimando nuevas directrices que limitarán los tratamientos hormonales a los adolescentes transgénero que hayan experimentado disforia desde la primera infancia

N., un chico transgénero de 17 años, tiene 5 años en lista de espera para servicios de género.

mar 16 de abril de 2024 a las 15:3

PorAzeen Ghorayshi/ The New York Times

El Servicio Nacional de Salud de Inglaterra comenzó a restringir los tratamientos de género para niños este mes, convirtiéndose en el quinto país europeo en limitar los medicamentos debido a la falta de evidencia de sus beneficios y la preocupación por los daños a largo plazo.

El cambio de Inglaterra fue el resultado de una revisión de cuatro años publicada el 9 de abril por Hilary Cass, una pediatra independiente. “Para la mayoría de los jóvenes, una vía médica no será la mejor manera de manejar su angustia en materia de género”, concluye el informe. En un editorial relacionado publicado en una revista médica, Cass dijo que la evidencia de que los tratamientos de género para jóvenes eran beneficiosos estaba “edificada sobre cimientos inestables”.

El Servicio Nacional de Salud (NHS) ya no ofrecerá medicamentos que bloqueen la pubertad, salvo en investigación clínica. Y el informe recomendó que hormonas como la testosterona y el estrógeno, que estimulan cambios físicos permanentes, se receten a menores con “extrema precaución”.

La acción de Inglaterra es parte de un cambio más amplio en el norte de Europa, donde los funcionarios de salud han estado preocupados por la creciente demanda de tratamientos de género para adolescentes en los últimos años. Muchos pacientes también tienen problemas de salud mental que dificultan encontrar la causa de su angustia, conocida como disforia.

En el 2020, la agencia de salud de Finlandia restringió la atención al recomendar la psicoterapia como tratamiento primario para adolescentes con disforia de género. Dos años más tarde, Suecia restringió los tratamientos hormonales a “casos excepcionales”.

Y en Dinamarca, este año se están ultimando nuevas directrices que limitarán los tratamientos hormonales a los adolescentes transgénero que hayan experimentado disforia desde la primera infancia.

Varios grupos de defensa de las personas transgénero en Europa han condenado los cambios, diciendo que infringen los derechos civiles y exacerban los problemas de los sistemas de salud sobrecargados. En Inglaterra, alrededor de 5 mil 800 niños estaban en lista de espera para servicios de género a fines del 2023, reportó el NHS.

Los europeos fueron pioneros en el uso de tratamientos de género para jóvenes. En la década de 1990, una clínica de Amsterdam comenzó a administrar medicamentos supresores de la pubertad a adolescentes que se habían sentido de un género diferente desde la primera infancia.

Los médicos holandeses razonaron que los bloqueadores de pubertad podrían dar tiempo a los pacientes jóvenes con disforia para explorar su identidad y decidir si continuaban con las hormonas. La investigación del equipo, que se publicó en el 2011 y siguió a 70 adolescentes, halló que los bloqueadores de pubertad, junto con terapia, mejoraban el funcionamiento psicológico.

Ese estudio inspiró a clínicas de todo el mundo a seguir el protocolo holandés.

Clínicas en todo el mundo informaron que muchos de los nuevos pacientes no experimentaron angustia de género hasta la pubertad y tenían otras afecciones de salud mental.

En vista de estos cambios, algunos médicos cuestionan la relevancia de los hallazgos holandeses originales para los pacientes de hoy.

“El mundo entero está dando este tratamiento a miles, a decenas de miles de jóvenes, con base en un solo estudio”, dijo Riittakerttu Kaltiala, psiquiatra que ha dirigido el programa de género juvenil en Finlandia desde el 2011 y se ha convertido en un crítico vocal del cuidado.

En el 2021, los médicos del Servicio de Desarrollo de Identidad de Género de Tavistock, la única clínica de género juvenil del NHS, publicaron un estudio de 44 niños que tomaron bloqueadores de pubertad sin mostrar efecto alguno en la función mental.

Y 43 de los 44 participantes del estudio optaron más tarde por comenzar con hormonas, generando dudas sobre si el fármaco estaba cumpliendo su propósito de dar tiempo a los adolescentes para considerar una transición médica.

En el 2020, el NHS encargó a Cass que revisara los tratamientos. Ella concluyó que el estándar de atención del NHS era inadecuado, con largas listas de espera y pocas rutas para abordar los asuntos de salud mental. El NHS cerró el centro Tavistock el mes pasado y abrió dos clínicas de género para jóvenes, con mayor apoyo para personas con autismo, depresión y trastornos alimentarios, así como psicoterapia para ayudar a los adolescentes a explorar sus identidades.

“Es tranquilizador que volvamos a un camino más sólido y basado en evidencia para tomar decisiones relacionadas con estos niños”, dijo Anna Hutchinson, psicóloga clínica de Londres que trabajó en Tavistock.

© 2024 The New York Times Company

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