El impacto económico del gobierno de Narendra Modi en India

Por Alex Travelli | The New York Times

Mientras Narendra Modi avanzaba hacia la victoria en las elecciones del 2014, dijo que “acchhe din aane waale hain” —se avecinan buenos tiempos.

Ahora que Modi se dispone a asegurar otro mandato como Primer Ministro en las elecciones que comenzarán el 19 de abril, el valor del mercado de valores de India se ha triplicado desde que asumió el cargo. La economía de India es casi el doble de grande que antes.

Las acciones han subido tanto porque ha aumentado el número de indios con suficiente riqueza y apetito por el riesgo de inversión —de apenas un 2 por ciento a casi el 5 por ciento de la población.

Pero los beneficios económicos han sido muy desiguales.

Se estima que el 90 por ciento de los 1.4 mil millones de habitantes de India subsiste con menos de 3 mil 500 dólares al año. Sin embargo, la vida se ha vuelto más llevadera en los distritos rurales más pobres gracias a los programas de bienestar que se han ampliado bajo el Gobierno de Modi. Muchos de los beneficios son sólidos y visibles: costales de grano gratis, sanitarios, cilindros de gas y materiales para viviendas.

Las encuestas internacionales muestran que los consumidores de India se han convertido en los más optimistas del mundo.

Los extranjeros también ven con buenos ojos la economía de Modi. Bancos como JPMorgan Chase están mejorando la ponderación de India en sus índices mundiales de acciones y bonos.

Aún así, las tasas de crecimiento de India en los últimos 10 años han sido muy similares a las de la década anterior, bajo un Gobierno al que Modi a menudo culpa por arruinar el País.

Mientras que las estadísticas oficiales anticipan un crecimiento del 7.3 por ciento en el actual año fiscal, los expertos financieros en Mumbai sitúan la cifra entre el 6 y el 6.5 por ciento. La estimación más baja ronda el 4.5 por ciento, que aún superaría a Estados Unidos y posiblemente a China.

Se evita expresar el más leve escepticismo. Los economistas que dependen del trabajo del Gobierno deben tener cuidado de no hablar con franqueza. Los economistas que no trabajan con el Gobierno están escaseando, a medida que las organizaciones de expertos independientes son cerradas. El control de los mensajes es más pronunciado que bajo el predecesor de Modi, el galardonado economista Manmohan Singh. India pasó a ser conocida como un “Estado en aprietos” bajo el Gobierno de Singh, incluso con un crecimiento que a veces alcanzaba el 10 por ciento.

Ahora la competencia política ha sido prácticamente eliminada a nivel nacional y Modi ha explotado la animosidad contra la minoría musulmana del País de 200 millones.

India ha dado un salto digital. El impulso comenzó durante el mandato de Singh, pero Modi lo ha llevado adelante. El “India Stack”, un conjunto de plataformas de software que se ejecuta sobre la base de Aadhaar, un sistema de identificación biométrica, significa que los indios ahora tienen acceso a transacciones más rápidas y más baratas que los estadounidenses.

Ha habido una reforma fiscal. India ha llevado una mayor parte de su economía al sector formal, por ejemplo al promulgar un impuesto sobre bienes y servicios como el impuesto al valor agregado de Europa, que permite extraer más ingresos de más personas y empresas. Eso ha liberado dinero para el gasto público y, al reducir las tasas impositivas corporativas, para el financiamiento privado.

Pero el poder del Gobierno indio para actuar con decisión y generalmente sin freno ha creado distorsiones y desigualdades. Las empresas más grandes se han beneficiado enormemente. De los 1.4 millones de millones de dólares en riqueza creados por el índice bursátil más prestigioso del 2012 al 2022, el 80 por ciento se destinó a 20 empresas, estimó Marcellus Investment Managers en Mumbai en el 2022.

El aspecto más doloroso de la economía es la situación del empleo. Oficialmente, alrededor del 7 por ciento de los indios está desempleado. Muchos más están subempleados.

La burocracia todavía obstaculiza a las empresas sin conexiones con la cúpula del Gobierno. Pero ahora, los proyectos que solían requerir dos años de obtención de permisos pueden completarse en 15 días.

Junto con el acchhe din que prometió en el 2014, Modi prometió “gobierno mínimo, gobernanza máxima”. En la práctica, su enfoque económico no ha estado definido por la teoría o la ideología. Ha tirado todo contra la pared a ver qué se pega. Ha lanzado con insistencia y con fuerza. Cuando los economistas hablan de India, han dejado de hablar del “Estado en aprietos”.

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