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'La tierra sigue temblando', la vida después del sismo

Los equipos de rescate empiezan a llegar a las zonas más remotas de Nepal.

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28.04.2015

GORKHA, Nepal

Los equipos de rescate empezaron este martes a llevar ayuda a las víctimas del terremoto en las zonas más remotas de Nepal tras el sismo que ha causado más de 5,000 muertos y ocho millones de damnificados.

Una nueva avalancha dejó, además, al menos 250 desaparecidos en la región de Ghodatabela, cerca del epicentro del terremoto del sábado, por donde pasa una concurrida vía de senderismo, declaró un responsable local, Uddhav Prasad Bhattarai.

En Gorkha, uno de los distritos más castigados por el sismo, un periodista de la AFP vio desde un helicóptero del ejército indio a los habitantes alzando los brazos al cielo pidiendo agua y comida y muchas casas destruidas en medio de pilas de madera y techos de metal.

'La tierra sigue temblando, incluso esta mañana. Cada vez parece como si fuera a tragarnos, como si fuéramos a morir, Quiero irme de aquí', explicó Sita Gurung, de 24 años, señalando a lo lejos su casa que quedó destruida en el pueblo de Lapu, situado en este distrito, antes de que un militar indio la evacuara de la zona en una camilla.

Aviones militares de varios países, entre ellos Estados Unidos, China e Israel, participan en las tareas de ayuda.

El balance oficial de víctimas es por ahora de 5,057 personas y 10,000 heridos, indicó este martes el ministerio del Interior. Según la ONU, ocho millones de personas se han visto afectadas por el temblor.

Se trata de la mayor catástrofe en Nepal de los últimos 80 años. El terremoto también afectó a India, donde murieron 73 personas, y la región china de Tíbet, con 25 muertos.

'Nos llegan peticiones de ayuda de todas partes (...) Pero no hemos sido todavía capaces de empezar el rescate en muchas zonas porque nos falta equipamiento y socorristas expertos', reconoció el primer ministro nepalí Sushil Koirala, que decretó tres días de luto nacional.

El terremoto provocó también una avalancha en el Everest que sepultó una parte del campo base en plena temporada de ascenso, dejando al menos 18 muertos.

Miedo y confusión en Katmandú

El agua es una de las necesidades urgentes entre los damnificados.


En Katmandú, miles de personas empezaron a salir de la ciudad en autobuses abarrotados con gente sentada en el techo que quería volver a sus pueblos de origen.

También se veían largas colas en las gasolineras y los supermercados, tomados de asalto para hacerse con productos básicos como arroz o aceite para cocinar.

Las personas que decidieron quedarse en Katmandú durmieron a la intemperie en tiendas improvisadas porque han perdido sus casas o por el miedo a las réplicas si vuelven a sus hogares.

'Llevamos aquí tres días, viviendo debajo de lonas. Contamos cada bocado, cada gota de agua', dijo Rama Shrestha, una ama de casa de 28 años instalada a la intemperie con su hijo de cinco años.

'Y encima ahora se pone a llover. ¿Qué podemos hacer, dónde podemos ir? Estamos demasiado asustados para volver a casa', afirma.

Los hospitales y las morgues de la ciudad están llenos y los médicos trabajan sin descanso para atender a las víctimas, muchas de ellas traumatizadas o con fracturas múltiples.

El terremoto también supone un duro golpe para la economía de Nepal, uno de los más pobres del mundo, que apenas se estaba recuperando de diez años de una guerra civil que terminó en 2006.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) decidió invertir 116.5 millones de dólares para dar comida a 1.4 millones de personas en los próximos tres meses. El Fondo Central de la ONU para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) puso, por su parte, a disposición 15 millones de dólares (13.7 millones de euros) para financiar la ayuda humanitaria. Noruega ya ha prometido 15.5 millones de dólares, Estados Unidos, 10, Japón, 8, y Australia otros 4.7 millones.

Nepal y la cordillera del Himalaya están situados en el punto de contacto entre las placas tectónicas euroasiática e india, una zona muy vulnerable a los temblores.